Año a año, las empresas del sector aluminio venezolanas se recargan de gastos sin soporte productivo, y reducen su competitividad en los mercados internacionales, como sustentan cifras de la Memoria y Cuenta 2014 del Ministerio de Industrias.
El documento que resume el balance financiero y operativo de las industrias destaca que Venalum elevó el precio del aluminio primario al mercado nacional, siguiendo la política de precios del 2013 cuando la empresa decidió fijar la cotización del metal ya no en base a la referencia de la Bolsa de Metales de Londres (LME, por sus siglas en inglés), sino en función de sus abultados costos operativos, en los que el gasto de personal hace un fuerte peso.
Sus ingresos por ventas subieron 105% en 2014 producto del cambio de la política de precios, pero Venalum no vio resuelto lo que en realidad es un problema estructural de desequilibrio de costos. En este contexto, producir una tonelada de aluminio en la estatal subió 155% de Bs. 31.269 en 2013 a Bs. 79.911 en 2014. En los últimos cinco años, el costo se ha acelerado más de seis veces, y el sector transformador tanto público como privado sufre las secuelas de la cuestionable gestión.
“En el 2007, cuando Venalum logró producir más de 400 mil toneladas de aluminio, no era competitiva a nivel internacional pero como estaba a máxima producción no daba pérdidas. No se puede pretender que aumentando el personal se pueda elevar la producción”, aseguró el investigador José María Fernández, quien sostuvo que mientras estas industrias no adelgacen su nómina “nunca van a ser rentables”.
“Para que tengan números azules debe disminuir a juro la nómina”, expresó, aspecto al que se suman factores básicos como suministro oportuno de materias primas, inversión y energía eléctrica, racionada desde 2009 en el emporio industrial.
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