El Gobierno nacional sabe el costo que deberá pagar por la compra de armamento. Con China y Rusia ya tiene negociaciones. El propio presidente Nicolás Maduro lo anunció el pasado mes de diciembre durante un acto con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Ahí comisionó al ministro de la Defensa a “cerrar acuerdos. Traerse la tecnología y las armas más modernas del mundo».
Esas mismas armas son las que se utilizan para reprimir a la población venezolana que protesta desde hace 60 días en las calles, exigiendo la restitución de los derechos constitucionales. En estos dos meses de “brutal represión” hay un promedio de más de 60 muertos, el Foro Penal lleva contabilizados, dos mil 950 arrestos, 355 civiles presentados ante tribunales militares. Este saldo eleva la cantidad de los llamados presos políticos a 303, la cifra más alta registrada en el país desde 1958.
Funcionarios de la GNB y PNB descargan en promedio entre mil y mil 500 bombas lacrimógenas en cada represión. Lo que supone un costo diario, sólo en Caracas, entre 30 millones y 138 millones de bolívares (considerando la tasa de cambio Dicom a dos mil bolívares por dólar), lo cual en dos meses significan de 1,8 millardos a 8,28 millardos de bolívares.
Con esos mismos recursos el Estado hubiese podido construir entre 25 y 114 viviendas diarias, que proyectado a los dos meses que van de represión significarían de mil 497 a seis mil 888 casas de interés social, considerando la base analizada por el Ministerio de Vivienda para las estructuras con dos habitaciones y el valor de un millón 202 mil bolívares por residencia.
Según los portales Atlantic Tactical y de la empresa ibérica Falken, una granada lacrimógena se cotiza entre 10 y 46 dólares, y las armas de balín (perdigón) cuestan entre nueve y 12 dólares. Estos precios son referencias de acuerdo a los inventarios que se venden en Estados Unidos. Armas y municipios similares a las utilizadas por la fuerza pública del Estado venezolano.
Desde hace una década el Gobierno revolucionario socialista apuesta al equipamiento armamentístico. Las bombas lacrimógenas y perdigones que importó la revolución entre 2008 y 2011, cerca del 60 por ciento – y que usa en la actualidad- son de la marca brasileña Cóndor. En los informes difundidos por el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil Venezuela compró aproximadamente 143 toneladas de mercancía por un valor de 6,5 millones de dólares, que significan 13 millardos de bolívares al cambio actual.
En documentos oficiales venezolanos se detalla además que el 40 por ciento restante de las municiones en depósitos son de producción nacional, elaborados por la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (CAVIM), en asociación con la firma española Falken.
La Verdad
Por Confirmado: Gabriella Garcés