El comentario de Vladimir

El comentario de Vladimir

Hoy se cumplen 14 años de los lamentables acontecimientos del 11 de abril de 2002, que derivaron en el derrocamiento por 48 horas del entonces presidente Hugo Chávez Frías. Todavía se sigue debatiendo lo sucedido. Aún persisten las diferencias con respecto a los responsables de las muertes ocurridas ese día en las calles de Caracas.

 

 

Lo que se inició como una marcha de protesta contra el Gobierno derivó en una confrontación violenta, y de ahí en un golpe de Estado no solo contra el presidente Chávez sino contra las instituciones. De hecho el gobierno de facto arrancó su breve gestión anunciando la disolución de todos los poderes públicos.

 

 

Abril de 2002 abrió una brecha en nuestra sociedad que todavía no termina de cerrarse. Los venezolanos a estas alturas, luego de casi tres lustros, no hemos pasado del todo esa página.

 

 

Persiste, por ejemplo, una profunda desconfianza entre gobierno y oposición. No hay espacio para un mínimo de cooperación que permita enfrentar conjuntamente los graves problemas del país. Y se tensa la cuerda. Los decibeles verbales se siguen elevando, con la misma intensidad de la angustia ciudadana por la inseguridad, el desabastecimiento y la carestía de alimentos y medicinas.

 

 

Abril de 2002 nos dejó unas cuantas lecciones. En primer lugar, el alto precio que pagan las sociedades cuando toman el camino de la violencia. Luego, lo conveniente y necesario del diálogo para evitar situaciones como las que vivimos en esos días. En tercer lugar, lo que puede pasar cuando algún individuo o grupo se cree llamado a tomar el poder por vías antidemocráticas y se da el lujo de disolver de un solo plumazo las instituciones que son el soporte del sistema político.

 

 

Por fortuna para los venezolanos tenemos una Constitución que nos dimos de manera legítima, de la cual como he dicho otras veces no solo soy firmante sino también doliente. En la Constitución están las claves para resolver las diferencias que nos dividen. Dentro de ella todo, fuera de ella nada. Y lo más importante es que en ese texto todos los caminos que conducen a dirimir los conflictos por el poder pasan por diversos mecanismos de participación popular como el referendo en sus distintas modalidades, la enmienda, la reforma constitucional y las elecciones.

 

 

Cualquiera que invoque soluciones o propuestas al margen de la Constitución se coloca de espaldas al interés nacional. El recuerdo de abril sigue presente. Para que no nos equivoquemos, y para que privilegiemos el entendimiento responsable por encima de la confrontación irracional.

 

 

Globovision 

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