El Chapo Guzmán: Atrápame si puedes

El Chapo Guzmán: Atrápame si puedes

 

En una cacería desesperada, con tecnologías de punta y técnicas de la Edad Media, unidades de élite de México, Colombia y Estados Unidos buscan en la selva al narco más temido de América

 

 
rHace poco se la hizo de nuevo. A inicios de octubre, lo cercó un contingente de primera línea de la Marina, lo siguieron drones y tecnologías estadounidenses salidos de la imaginación de Asimov, lo tuvieron a la cercanía de un disparo…Pero el rey del narco en América se despeñó barranco abajo y, como ya es costumbre, ante las narices de todo el mundo, se esfumó. (EFE)

 

Es el héroe del momento. En México, la gente lo apoya en secreto o, al menos, secretamente, se alegra de cada una de sus escapadas. El motivo es simple: cada día que pasa fuera de la cárcel Joaquín El Chapo Guzmán asesta una estocada de ridículo al actual villano de la historia nacional: el Gobierno.

 

Hace poco se la hizo de nuevo. A inicios de octubre, lo cercó un contingente de primera línea de la Marina, lo siguieron drones y tecnologías estadounidenses salidos de la imaginación de Asimov, lo tuvieron a la cercanía de un disparo…Pero el rey del narco en América se despeñó barranco abajo y, como ya es costumbre, ante las narices de todo el mundo, se esfumó.

 

 

Aún lo andan buscando

 

 

Lo cierto es que sus escoltas se batieron tan de cerca con la unidad de elite de la Marina, el equipo de persecución elegido por Estados Unidos para la tarea, que, al menos por las fotos y videos que se han filtrado, todo indica que el combate no tuvo ni una bala de desigual.

 

 

Ahora, a sus diligentes y frustrados perseguidores no les ha quedado otra que recurrir a estrategias de la Edad Media: arrasar vecindarios, tomar y balear caseríos, blindar estados…Mientras, los residentes de varias localidades en el noroeste del país, han puesto pies en polvorosa y dejado poblados fantasmas, por temor a convertirse en daños colaterales de la cacería.

 

 

Es tanta la desesperación y el deseo de hacer ver la seriedad de la búsqueda ante la opinión pública, que un cuerpo de la Marina se coló estruendosamente el pasado martes en casa de la hermana de Guzmán, tras pistas que lo puedan llevar hasta el hombre más buscado de México.

 

 

La cacería de El Chapo

 

 

El Gobierno, por decir algo, dice que lo tiene cercado, que está herido, al parecer por la caída. Alguien lo tuvo tan cerca que una nota oficial asegura que tiene la cara rasguñada. Otros cuentan que  lo vieron cojear de un pie mientras se montaba al todoterreno en el que volvió a realizar su nuevo, increíble, acto de desaparición.

 

 

Nada nuevo. El Chapo Guzmán probablemente pasará a la historia como el Houdini de las drogas. Tiene tanta suerte o tanto dinero que se ha escapado más de una vez de la cárcel y de la muerte, de la extradición y la persecución, de gobiernos, ejércitos y de la DEA, de condenas terrenales y divinas.

 

 

Cuerpos de inteligencia mexicanos y de Estados Unidos están movilizados desde julio para encontrarlo; hasta tres generales colombianos que ayudaron en la captura de Pablo Escobar olfatearon como perdigueros entrenados los valles y montañas de la Sierra Madre Occidental, donde tiene su reino oculto desde hace décadas el cártel de Sinaloa, el imperio de las drogas de El Chapo.

 

 

Es una región escarpada y remota, entre los estados de Durango, Sinaloa y Chihuahua. Está minada de plantaciones de marihuana y amapola, de laboratorios de heroína y de narcos fieles y armados hasta las botas. Ahí, todo ser viviente sabe quién manda. Y se le obedece. Y se le quiere. Y se le cuida. Por eso, entre otras tantas inexplicables causas, a la Marina se le ha hecho tan difícil localizarlo.

 

 

A esta región, ahora se sabe, llegó Guzmán en avioneta en julio pasado, un día después de escapar de la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, para muchos, la más invulnerable de Latinoamérica.

 

 

Huyó por un túnel iluminado y climatizado de casi una milla de largo. Nadie vio construir el agujero. Nadie notó un ruido, ni vio salir una piedra, por más que tomó casi un año la perforación, desde una casucha en obra negra hasta el penal. En el Altiplano,  Guzmán estuvo desde inicios de 2014, cuando, otra vez la Marina, lo capturó inocentemente en un hotel de Sinaloa.

 

 

De forajido a héroe popular

 

 

En los últimos tres meses, en dos ocasiones, han estado a punto de atraparlo de nuevo; pero, como ya es tradición, Guzmán, cual forajido encapuchado de aventuras infantiles, burla por un pelo los controles, las encerronas y las emboscadas y se pierde en la selva del mito de las fugas más increíbles de la Historia del crimen organizado.

 

 

Nadie tiene claro cuánto durará el juego. Mucho menos si El Chapo sobrevivirá a una nueva encerrona. De acuerdo con documentos entregados por su abogado a Univisión, existe una sentencia judicial para evitar que sea asesinado en caso de ser aprehendido; pero todo el mundo sabe para qué sirve la Justicia en México.

 

 

En estos días, como una terrible ironía de la popularidad y el mercado, máscaras con el rostro de Guzmán, acompañadas de un traje de reo blanquinegro y una pala se han convertido en la fiebre para las venideras fiestas de Halloween. En unos meses, seguramente, las series basadas en su vida, obra y milagros narcóticos ganarán más audiencia en Netflix que las de Pablo Escobar.

 

 

Pero antes, habrá que esperar el desenlace de esta historia. Saber si su nueva fuga lo llevará finalmente a la cárcel, a la leyenda o a la muerte.

 

 

Fuente: EFE

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