…O, dicho de otra forma: ¿Pesa más un kilogramo de hierro al rojo vivo, que un kilogramo del mismo hierro a cero grados centígrados?
La energía, considerada como tal, no tiene peso (peso es la atracción que la gravedad ejerce sobre la masa), pero sí que es equivalente y/o transformable en masa; y cualquier masa pesa.
Así, en nuestro caso, la conversión de la diferencia de energía calorífica existente entre ambos trozos de hierro (a 850º C uno, y a 0º C el otro) es equivalente a una cierta masa, y esa masa acusará un cierto peso sobre la Tierra.
En realidad la variación de dicha masa, dado el pequeñísimo valor del coeficiente de intercambio entre energía y materia, supone un peso tan insignificante que no puede comprobarse, ni aún con la balanza más sensible y precisa.
¡La energía es muy liviana!
Como ejemplo podemos afirmar que: el calor necesario para convertir treinta mil toneladas de agua dulce en vapor de agua, pesa, o equivale, a una masa de un gramo.
«La energía, según la archiconocida ecuación de la relatividad especial, es masa. Y viceversa.»
E = m * c2 y m = E / c2
La energía (E) es igual a la masa (m) multiplicada por la velocidad de la luz en el vacío al cuadrado (c2), por lo que: la masa (m) es igual a la energía (E) dividida por la velocidad de la luz (c) al cuadrado.
De lo que se deduce que, cualquier masa, por insignificante que ésta sea, aunque sea tan pequeña como la de un irrelevante protón, es capaz de proporcionar una inmensa energía, equivalente al peso de la partícula en cuestión (masa) multiplicado por (casi) trescientos mil y el resultado obtenido multiplicado otra vez por (casi) trescientos mil (velocidad de la luz al cuadrado).
Así pues, la respuesta a la cuestión planteada en este post, epistemológicamente, es AFIRMATIVA:
EL CALOR ES ENERGÍA Y LA ENERGÍA PESA.
POR TANTO: EL CALOR PESA.
Culturizando