Venezuela, donde hasta la gasolina se paga en dólares, ha aumentado en el último año el uso de la moneda local, el bolívar -pese a que se ha devaluado más de un 80 % en ese lapso-, a la vez que se redujo el manejo de divisas para transacciones en un 21 %, producto de los esfuerzos del Ejecutivo para contener el proceso de dolarización, según expertos.
De acuerdo con estudios elaborados por la firma Ecoanalítica en 10 de las principales ciudades del país, las divisas pasaron de representar casi el 66 % de las transacciones, a finales de 2021, a un 45 %, mientras que el bolívar aumentó su presencia en las operaciones comerciales de un 34 % a un 55 % desde entonces.
El economista y profesor universitario Jesús Palacios explicó a EFE que, incluso, hay sectores, como electrodomésticos, electrónica o repuestos, que «estaban muy dolarizados», y ahora se vuelven «a ver pagos en bolívares de forma o con un peso muy importante».
Además, señaló que, hay empresas que, a principios de 2022, «cobraban un 70 % en dólares, y ahora un 80 % en bolívares».
El IGTF cambió el cuadro
El principal factor que ha provocado la reducción del uso de las divisas ha sido la aplicación, desde marzo del año pasado, de un impuesto que grava con un 3 % los pagos en monedas extranjeras, que los consumidores eluden pagando en bolívares.
Una encargada de un supermercado en Caracas, cuyo nombre prefirió mantener en el anonimato, dijo a EFE que la «gente prefiere pagar en bolívares para no pagar el impuesto», que, al final, «aumenta un poquito» el precio del producto.
El sector comercio pide al Ejecutivo que «estudie, con seriedad, derogar» este tributo, llamado Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras» (IGTF), que -explica- tiene un impacto en cada uno de los eslabones de la cadena productiva hasta que el producto llega al consumidor, cuyo precio, por tanto, aumenta «entre un 12 y un 14 %».
La comerciante, quien manifestó que «la gente no quiere comprar en divisas sino en bolívares», aseguró que, en su local, el 75 % de los pagos son en moneda local y el restante 25 % en divisas, cuando hace un año era «50-50».
En este sentido, la encuestadora Datanálisis indicó a EFE que, según sus cálculos, el 70 % de los pagos que se hacen en el país son en bolívares y los demás en otras monedas, cuando hace un año era lo contrario.
Contener la dolarización
Palacios aseguró que el Ejecutivo tomó «medidas adicionales que también llevaron a que» se redujera el uso de las divisas, entre ellas la «suspensión de transferencias bancarias en dólares» y, posteriormente, el incremento de la comisión por retiro a un 3,80 %, «bastante costoso», cuando antes «estaba por debajo del 1 %».
Según el economista, el Ejecutivo implementó estas medidas para «no perder la capacidad de hacer política monetaria», en la que el Banco Central de Venezuela (BCV) actúa como «financista».
«Si el Gobierno permitía que la dolarización avanzara infinitamente, iba a perder ese poder de usar el bolívar como salvavidas, como prestamista en última instancia (…), y evita eso dándole más espacio al bolívar», explicó.
La intención del Ejecutivo, señaló, es que «se mantenga la dolarización acotada», pero no acabar con ella, ya que permitió que haya «dinamismo de la actividad económica y, sobre todo, la comercial, que es la que ha tenido el principal repunte».
«Acotada significa, probablemente, por debajo del 50 o del 40 % (de las transacciones), y, sobre todo, no permitiendo que avance mucho en el sistema financiero, no otorgando préstamos en dólares y suspendiendo las transferencias en divisas», precisó.
El dólar confiable
Pese al mayor uso del bolívar, el dólar sigue usándose para fijar los precios de los bienes y servicios y para los ahorros, ya que la moneda local ha continuado perdiendo su valor en este último año.
Entre el 10 de marzo de 2022 y el 10 de marzo de 2023, el bolívar se devaluó un 82 % frente al dólar, cuyo precio, en ese período, subió un 457 %, al pasar de 4,33 bolívares a 24,14, según el BCV.
En lo que va de marzo, la moneda local ha alcanzado una estabilidad que, para Palacios, es «coyuntural», ya que durante este mes -explicó- se hace la declaración y el pago del Impuesto sobre la Renta (ISLR), «obligados a hacerse en bolívares», cuya demanda, por tanto, aumenta.
Sin embargo, esta estabilidad es «difícil» de mantener, y prevé que el tipo de cambio cierre el año sobre los 50 bolívares por dólar, agregó.
El Universal