El Banco Central Europeo (BCE) mantendrá previsiblemente las tasas de interés en el 4,25 % después de que en junio las bajara un cuarto de punto, en el que fue el primer recorte en ocho años, pese a las preocupaciones de algunos de sus miembros por la inflación.
El Consejo de Gobierno, que se reúne en Fráncfort (Alemania), también mantendrá sin cambios la facilidad de crédito -la que presta a los bancos a un día- en el 4,5 % y la facilidad de depósito -que remunera el exceso de reservas a un día- en el 3,75 %.
Los analistas consideran que el BCE esperará a digerir el recorte de la reunión anterior antes de realizar nuevas bajadas y dejará claro que lo ocurrido en junio «fue el inicio de un proceso», según el economista jefe de AXA IM, Gilles Moëc.
La propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, afirmó poco después de bajar las tasas que esto no significaba que fueran a seguir una senda descendente y que podría haber periodos en los que el organismo las mantenga más allá de una reunión.
Además, pese a constatar los avances en la desinflación, alertó en el foro de Sintra (Portugal) de que todavía «hay incertidumbre y grandes interrogantes sobre el futuro», en un camino de lucha contra la subida de precios que va a ser «accidentado hasta finales de 2024».
Todo ello después de que algunos miembros del BCE ya mostraran su preocupación sobre la inflación en la última reunión, al asegurar que los datos disponibles apuntaban a una mayor incertidumbre en las perspectivas, aunque todas las autoridades monetarias menos el gobernador del Banco Nacional de Austria, Robert Holzmann, votaron a favor de bajar las tasas.
La inflación de la eurozona se moderó una décima en el mes de junio, hasta una tasa interanual del 2,5 %, lo que supuso la vuelta a una senda descendente que se rompió en mayo.
Sin embargo, la inflación subyacente -que excluye la energía y los alimentos frescos por su volatilidad- se mantuvo estable en el 2,9 % y el precio de los servicios repitió en junio como la categoría con mayor inflación (del 4,1 %).
En el caso del crecimiento económico, el PIB de la eurozona creció un 0,3 % entre enero y marzo con respecto a los últimos tres meses de 2023, cuando disminuyó un 0,1 %.
La vista puesta en septiembre
En este contexto, los analistas de Generali AM, AXA IM, Crédit Mutuel Asset Management, MFS Investment Management, Ibercaja, Banca March y Bank of America coinciden en señalar que el BCE mantendrá las tasas de interés y la orientación sin cambios a la espera de un nuevo posible recorte en septiembre.
«La máxima autoridad monetaria de la eurozona no moverá las tasas y esperará al mes de septiembre, en el que tendrá más información para dar el siguiente paso en su moderación», han apuntado desde Banca March.
Por su parte, el economista jefe de Bank of America para Europa, Rubén Segura-Cayuela, ha afirmado que su hipótesis «sigue siendo la de dos recortes más este año», aunque los recientes datos de inflación y crecimiento salarial los han puesto «un poco nerviosos» sobre el destino de la bajada de septiembre.
Junto a él, Moëc ha destacado que espera que el próximo recorte de 0,25 puntos se produzca en septiembre y ha recordado que ahora el mercado valora una probabilidad del 87 % de que esta bajada se produzca entonces.
Sobre la dinámica que seguirá el BCE, después de que Lagarde descartara trazar una senda de nuevas bajadas, el responsable de análisis macro en Generali AM, Thomas Hempell, ha considerado que el BCE «iniciará recortes trimestrales de las tasas de interés oficiales hasta que el tipo de depósito se sitúe en el 2,5 %».
El BCE recortó las tasas de interés en 0,25 puntos en junio, en el que fue el primer descenso desde que comenzó su ciclo de endurecimiento de la política monetaria por la escalada de la inflación, con 10 subidas consecutivas entre julio de 2022 y septiembre de 2023.
El Nacional