Por supuesto que de Miraflores no ha salido ni una palabra sobre el avión 747 detenido en el aeropuerto de Ezeiza, Argentina, que es de origen iraní y pertenece a Conviasa. Mucho menos sobre los que iban a bordo de esa aeronave supuestamente de carga, 14 venezolanos y 5 iraníes.
Llevaba autopartes de Volkswagen, pero esta empresa automotriz niega cualquier vínculo con el transporte. Venía de México, donde se supone que fue cargado con las piezas; sin embargo, las autoridades argentinas también consideran extraño el número de personas a bordo. Las de nacionalidad iraní tienen vinculación con la Fuerza Quds, una unidad de operaciones especiales e inteligencia del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
Este es un tema que enciende las alarmas en Argentina, pues en ese país ya han ocurrido dos atentados terroristas que se le han atribuido a fuerzas iraníes. Pero, además, llama la atención el itinerario que ha cumplido esta aeronave desde el 21 de mayo, cuando salió de Caracas a Teherán, de acuerdo con información que dio el diputado argentino Gerardo Milman. Tres días después fue detectado al norte de Irán y sobre la costa sur del mar Caspio y el 25 aterrizó en Moscú. Ese mismo día regresó a Teherán y luego salió a Belgrado. El 4 de junio voló a México, donde se supone que cargó las autopartes.
Demasiada gasolina gastada para llevar unos repuestos a Argentina. Y con 19 personas a bordo. Quedó varado en Ezeiza porque se dispuso llegar a Uruguay supuestamente para recargar combustible, pero el ministro de Defensa de ese país ordenó que no se le permitiera el sobrevuelo ni el aterrizaje. ¿Para qué usan este avión? ¿Quiénes son los que estaban a bordo? Las autoridades argentinas retuvieron los pasaportes de los tripulantes iraníes, pero pueden solicitarlos si van a salir del país. Lo que no pueden es abordar la aeronave detenida, de la cual han revisado la carga varias veces sin encontrar nada extraño.
Pueden decir lo que quieran, o no decir absolutamente nada, pero de que es misterioso el plan de vuelo de este 747, lo es. Algunos analistas lanzan la hipótesis de que estaba haciendo viajes de reconocimiento de rutas. Sobre este avión pesan las sanciones de Estados Unidos porque perteneció a la empresa iraní Mahan Air antes de que lo vendiera a Conviasa. Un agente que participó en el operativo de detención en Ezeiza comentó que pasó 15 días en Paraguay y que voló a Aruba para llevar un cargamento de cigarrillos.
Pareciera lo que llaman un “vuelo lechero”, de esos que van dejando carga y pasajeros en numerosas escalas, pero ¿tiene sentido que una empresa del Estado venezolano, Conviasa, gaste combustible y dinero para llevar repuestos o cigarrillos? Lo malo de este asunto para los ocupantes de Miraflores es la asociación con los iraníes que están vinculados con actos terroristas, aunque ¿qué es una raya más para un tigre?
Editorial de El Nacional