Ya han pasado siete meses desde que la Rusia de Vladimir Putin invadió Ucrania, una guerra injusta y terrible que ha afectado no solo a los del país invadido sino a Europa y el mundo entero. Pero ahora soplan aires de esperanza, pues el ejército de los ucranianos ha recuperado con su coraje y valentía aproximadamente 3.000 kilómetros de tierras ocupadas por los rusos. Durante el fin de semana los pueblos de la zona izaban orgullosamente la bandera azul y amarilla.
Esta ofensiva ucraniana ha sido posible gracias a que Estados Unidos y demás países aliados han enviado importante ayuda en armas y suministros; pero los analistas aseguran que también han influido los errores que han cometido los dirigentes de las tropas rusas. Y esto lo dicen hasta los partidarios de Putin, con lo que la moral entre las filas está baja, además de que denuncian que muchos de los soldados del ejército rojo que estaban apostados en las zonas recuperadas son voluntarios con poca preparación, sin chalecos antibalas, sin maletines de primeros auxilios, sin posibilidades de comunicación de primera línea, y ahora después del repliegue, sin ánimo. Incluso, hay expertos que informan que el ejército de Putin no tiene ya municiones suficientes y han tenido que pedir a Corea del Norte.
Volodimir Zelensky afirma que echarán definitivamente al invasor en invierno, es decir, prácticamente a un año de haber comenzado la guerra. Ya los aliados planean una reunión en Alemania para seguir con las donaciones y la transferencia de armas y tecnología de guerra que haga posible cumplir esta promesa, de acuerdo con lo que narra CNN. Y esto más que un objetivo de los ucranianos, es una meta para toda Europa, que si algo debió aprender de este conflicto es que Putin no es de fiar y no pueden dejar en sus manos un detalle tan importante como el suministro energético de toda la región. Lo lógico es que estén preparándose para dejar esta dependencia en el pasado.
También esta ha sido una guerra económica, sobre todo para Putin, que va a tener que reestructurar no solo el ejército sino los negocios de su país porque si los europeos se organizan, disminuirán considerablemente los clientes que le compraban gas y otros productos. Para Ucrania, seguro se abrirán oportunidades no solo en el rubro de los productos agrícolas, sino como posible miembro de la Europa unida. Pero todo esto queda en especulaciones y deseos si la guerra se sigue alargando.
Los rusos son muy duros para admitir sus derrotas y ya mismo tergiversan la realidad en los medios de comunicación asegurando que el repliegue de tropas es parte de una estrategia y no resultado de la ofensiva ucraniana. Los ministros de Putin aseguran que Rusia insistirá en apoderarse del este de Ucrania y que no se detendrán hasta conseguirlo.
Ojalá entren en razón y entiendan que fue un error garrafal intentar siquiera doblegar a parte del pueblo ucraniano, que se siente tan orgulloso de su identidad y su libertad. El mundo desea que Zelensky tenga razón y la guerra termine pronto.
Editorial de El Nacional
