logo azul

El árbitro juega (pero no decide)

Categorías

Opinión

El árbitro juega (pero no decide)

Por distintos motivos, el tema electoral figura de manera frecuente y relevante en la agenda nacional. Por estos días se encuentra en el escenario a propósito del sorpresivo nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral.

 

 

En efecto, sin que se hubieran vencido los lapsos de la Directiva nombrada en el año 2021 y haciendo caso omiso de la normativa vigente, la Asamblea Nacional solicitó -sin dar mayores explicaciones- que sus funcionarios pusieran el cargo a la orden, cosa que hizo la mayoría de ellos (afines al oficialismo), no así otros quienes, dadas las circunstancias, optaron a la postre por renunciar, tal era el absurdo que rodeaba la situación.

 

 

Con una premura, a la que tampoco se le veían motivos convincentes y que generaba ciertas suspicacias, la Asamblea Nacional nombró una comisión, marcada un por claro sesgo oficialista, con la tarea de recibir los expedientes y entrevistar a quienes fueran presentados como candidatos al CNE por las organizaciones de la sociedad civil, las Facultades de Ciencias Jurídicas de las universidades nacionales y el Poder Ciudadano, según lo pautaba la normativa correspondiente

 

 

Se recibieron 104 postulaciones y tras cierta tardanza que pareció preocupar a Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea, la mencionada comisión presentó su informe y a finales de agosto los diputados seleccionaron a las personas que ocuparían los diferentes cargos que hacen parte del organismo.

 

 

Así, entre los nombres sugeridos por la sociedad civil, fueron nombrados como rectores principales Elvis Amoroso, Rosalba Gil y Aimé Nogal y como sus rectores suplentes Leonel Párica, Gustavo Vizcaíno, Francisco Garcés, Antonieta De Stefano, Tulio Ramírez y Ana Julia Niño.

 

 

Por las facultades de Ciencias Jurídicas y Políticas de las universidades, resultó elegido como rector principal Juan Carlos Delpino y como sus dos rectores suplentes Conrado Pérez y Aura Rosa Hernández. Y finalmente, por el Poder Ciudadano, fue escogido rector principal Carlos Quintero y como rectores suplentes Imad Saab Saab y Fabio Zavarse Pabón. Conviene señalar que los cinco rectores principales, esto es, Elvis Amoroso, Rosalba Gil y Aimé Nogal, Juan Carlos Delpino y Carlos Quintero, conforman el directorio del CNE.

 

 

Visto lo anterior cabe mencionar, aunque sea de manera general, que el desbalance en la inclinación política de la junta directiva del CNE se hizo mayor. Si bien se conservó la costumbre de integrarla bajo la vieja fórmula de 3 rectores pro gobierno y 2 pro oposición, en esta ocasión parecen haber aumentado las dudas respecto a la neutralidad en el desempeño del organismo. Este es sin duda un CNE menos equilibrado que el precedente, armado bajo la misma receta aritmética, cierto, pero conducido con más amplitud política y más propensión a dialogar. En suma, se ha enviado a los venezolanos una señal inconveniente, hecho que corrobora claramente la figura de Elvis Amoroso como presidente del organismo.

 

 

Adicionalmente, hay que referir la debilidad en el funcionamiento de la estructura institucional del país, lo que en el terreno electoral se corrobora observando cómo varias de sus competencias son influidas por otros poderes públicos, que por lo general actúan acordes con las instrucciones provenientes del alto gobierno. Un ejemplo, reciente, entre otros muchos, es el repetido anuncio (¿amenaza?) del presidente Nicolás Maduro sobre el adelanto de las elecciones de 2024, o la realización de una megaelección al año siguiente, en la que se nombraría un presidente de la República, 277 diputados a la AN, 23 gobernadores, alrededor de 250 legisladores estatales, 335 alcaldes y casi 2.500 concejales municipales. Se trata de un aviso reiterado decenas de veces, haciendo caso omiso de lo dispuesto en las normas y con la abierta intención, es fácil advertirlo, de favorecer las posibilidades de su reelección.

 

 

Ciertamente queda mucho por describir y reflexionar acerca de esta designación a destiempo y rodeada de especulaciones, pero lo que debiera quedarnos claro a los venezolanos es que la respuesta al contexto descrito no puede ser la misma que se ensayó en situaciones que algunos pudieran considerar parecidas y que en sus diferentes maneras, supuso el alejamiento de la política por parte de los ciudadanos.

 

 

El país se encuentra en medio de una realidad muy diferente en muchos sentidos. Resulta más urgente que nunca, entonces, que los diferentes sectores sociales y actores políticos apuesten al consenso, diseñen y transcurran inteligentemente el camino electoral y apunten hacia la construcción de “un proyecto sugestivo de vida en común”, como habría dicho Ortega y Gasset, el filósofo español.

 

 

Editorial de El NacionaL

 

 

 

 

 

Comparte esta noticia:

Contáctanos

Envíe sus comentarios, informaciones, preguntas, dudas y síguenos en nuestras redes sociales

Publicidad

Si desea obtener información acerca de
cómo publicar con nosotros puedes Escríbirnos

Nuestro Boletín de noticias

Suscríbase a nuestro boletín y le enviaremos por correo electrónico las últimas publicaciones.