El ancho de la cara predice la agresividad de los hombres (no de las mujeres). Lo pusieron a prueba en laboratorio (15%) y en jugadores de hockey (9-29%) en el siguiente estudio en el que se llevaron a cabo varios experimentos.
En conjunto, estos hallazgos sugieren que la relación entre el ancho y la altura de la cara sexualmente dimórfica puede ser una ‘señal honesta’ de propensión al comportamiento agresivo.
Dimorfismo sexual
Los hombres con niveles más altos de testosterona suelen tener mayor propensión a caras más anchas y pómulos más grandes. En el estudio citado se quiso comprobar si en efecto existe esta correlación mediante un cuestionario y observando el nivel de agresividad durante una tarea conductual y en un entorno natural (equipo universitario y profesional de hockey sobre hielo).
En el estudio 1, los hombres que tenían una mayor proporción entre el ancho y la altura de la cara, tenían puntuaciones más altas de dominio y eran más reactivamente agresivos en comparación con las mujeres.
Un ejemplo de las medidas utilizadas para la relación ancho-altura facial. Las líneas verticales representan la distancia entre el zygion izquierdo y derecho (Punto más lateral del arco cigomático). Las líneas horizontales representan la distancia entre el labio superior y la frente (altura facial superior).
Las diferencias individuales en la relación entre el ancho y la altura del rostro predijeron la agresión reactiva en los hombres, pero no en las mujeres (predijo el 15% de la varianza).
En el estudio 2 (jugadores masculinos de hockey del equipo universitario) y el estudio 3 (jugadores masculinos de hockey profesional), las diferencias individuales en la relación entre el ancho y la altura de la cara se relacionaron positivamente con el comportamiento agresivo medido por el número de minutos de penalización por juego obtenidos durante una temporada (predijeron 29 y 9% de la varianza, respectivamente).
Fuente: Xataka Ciencia
Por: Maria Laura Espinoza
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