Según la Organización Mundial de la Salud, en el mundo existen alrededor de 50 millones de personas que padecen Epilepsia, diagnosticándose anualmente 2.4 millones de casos nuevos.
En los países denominados “desarrollados” se registra que por cada 100 mil personas hay entre 30 y 50 afectadas por la enfermedad, mientras que en los países “en vía de desarrollo” la cifra puede ser el doble.
Según el Dr. Daniel Nariño González, Neurólogo, Neurofisiólogo, profesor asociado de Neurología de la Pontificia Universidad Javeriana y actual coordinador en la Clínica de Epilepsia del Programa de Epilepsia y del Laboratorio de Neurofisiología del Hospital Universitario San Ignacio de Bogotá, Colombia tiene una prevalencia de casos de Epilepsia de 11.1 por 1000 habitantes, siendo influyente el llamado “parasito del cerdo” o neurocisticercosis.
La Epilepsia es una enfermedad cerebral crónica, que se caracteriza por convulsiones periódicas o breves movimientos involuntarios, que pueden afectar todo el cuerpo o una parte específica; estos episodios se deben a descargas eléctricas excesivas de grupos de células cerebrales.
Existen casos en que el paciente no responde a tratamientos farmacológicos, por lo que se recurre al tratamiento quirúrgico, con excelentes resultados, siempre y cuando sea efectuado por un profesional idóneo y con experiencia en el tema.
Para enfermedades como la Epilepsia y otras enfermedades crónicas, existe la “brecha terapéutica”, que se explica como el abismo que existe en tratamientos médicos entre países de altos y bajos recursos, teniendo como resultado que tres cuartas partes de los pacientes no reciban el tratamiento necesario.
“La brecha terapéutica se evidencian en gran parte en el complejo acceso que tienen los pacientes de las áreas rurales a los sitios de atención médica para enfermedades como la Epilepsia. Así mismo, Colombia cuenta con un amplio arsenal de medicamentos farmacológicos incluidos en el POS, inclusive mejor que en otros países de la región, por lo que el problema radica en el no respeto de los derechos del paciente a acceder a tratamientos médicos” comentó el Dr. Nariño.
El Día Púrpura fue creado en el 2008 por Cassidy Megan, paciente que padece la enfermedad, quién quiso conmemorar el 26 de marzo con el fin de promover conciencia acerca de la misma y apoyar a las personas que la padecen. A esta iniciativa se han unido importantes entidades como la Fundación Anita Kaufmann en Nueva York y la Asociación de Epilepsia de Nueva Escocia.
“El Día Púrpura permite recordar a las personas que padecen de Epilepsia y entender que ésta es una enfermedad como cualquier otra, en donde el 70% de las personas bien tratadas y bien diagnosticas pueden llevar una vida normal. Adicionalmente, es una oportunidad para enseñar que la Epilepsia, en su gran mayoría, no produce retardos mentales, ni déficit neurológicos. Hoy en día existe la Ley 1414 de 2010 siendo Colombia líder en Latinoamérica en este tema, en donde se garantiza la protección y atención integral a las personas que padecen Epilepsia” concluyó el Dr. Nariño.
Radio Santa Fe