Varios factores inciden en la aparición de esta enfermedad en personas adultas.
El acné ocurre cuando el folículo, que es el encargado de conectar las glándulas sebáceas con los poros, se obstruye. Muchas personas consideran que esta enfermedad de la piel, afecta únicamente a los adolescentes pero no saben que 20% de los adultos se ven perjudicados por este problema, en el que el 12% de los afectados son mujeres.
El acné se puede dar en la piel de las personas por distintos factores. Estos son:
Las hormonas. la actividad hormonal es una de las principales causas del acné, es por esto, que en la etapa de la pubertad es común que a los adolescentes se les brote el cutis, la espalda, el cuello, entre otros.
Estimulación de la glándula sebácea. Otro factor influyente es la glándula sebácea, esta es la encargada de producir grasas, cuando ésta se altera tiende a obstruir los poros trayendo como consecuencia el brote del cutis.
Infección bacteriana. Cuando el microbio Propionibacterium acnes se concentra en grandes cantidades, rompe el equilibrio de la flora bacteriana normal produciendo una infección en el poro trayendo como consecuencia procesos inflamatorios e infecciosos.
Trastorno de la queratinización. Según la dermatóloga Carolina Cohen, colaboradora de la marca La Roche-Posay, la queratina “es una proteína rica en azufre, que constituye la parte fundamental de las capas más externas de la epidermis, pelos, y uñas. Cuando se producen trastornos en el proceso de queratinización, los poros de la piel llegan a obstruirse e inflamarse”.
Existen también distintos trastornos que favorecen la aparición de esta patología como el estrés, la genética y la alimentación. Por otro lado, las infecciones bacterianas y la ingesta de algunos medicamentos pueden producir acné. En el caso de las mujeres, el embarazo, la menstruación y la sobreexposición al sol pueden ser causantes de este problema, debido a la alteración de hormonas y grasas.
Dependiendo de la causa, existen distintos tipos de acné. Esta clasificación corresponde al acné comedogénico que produce la lesión primaria; y el acné inflamatorio, que a su vez, es categorizado según su severidad en: leve, moderado y severo.
La importancia de su clasificación radica en la conducta y tratamiento que el dermatólogo debe tomar para resolver la condición”, explica Cohen.
En este sentido, Cohen recomienda que, a sabiendas de su severidad, para tratar el acné comedónico e inflamatorio, de leve a moderado, pueden utilizarse tratamientos tópicos a base de cremas o gel, especialmente creadas con el fin de ayudar a las personas a tener un cutis libre de imperfecciones.
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Por Confirmado: Marigonz