La salud emocional nos ayuda a alcanzar y mantener una buena salud mental, de igual modo que la buena forma física nos ayuda a tener un cuerpo sano. Disfrutar de una buena salud mental nos permite disfrutar de las alegrías que nos aporta la vida y la gente que nos es cercana. Podemos ser creativos, aprender, probar cosas nuevas y tomar ciertos riesgos.
Además, estamos mejor preparados para atravesar momentos difíciles de nuestra vida personal o profesional. Incluso si sentimos tristeza y cólera, que pueden acompañar la pérdida de un ser querido, la pérdida del trabajo, los problemas interpersonales u otros acontecimientos difíciles, podemos retomar el sentido de las cosas, y recuperar el gusto por la vida, aunque tenga que pasar algo de tiempo.
Cuidando la salud emocional, estamos en medida de poder combatir y prevenir los problemas de salud mental que pueden ir asociados a una enfermedad física crónica. En ciertos casos, se puede incluso impedir la aparición o la reaparición de una enfermedad física o mental. Por ejemplo, una buena gestión del estrés puede tener un efecto positivo sobre enfermedades cardíacas.
Con toda probabilidad, ya tomas medidas para favorecer la salud emocional y la salud física. Aunque quizás, no siempre seas consciente de esto. Veamos qué tanto sabes al respecto…
Mantenerse activos
Sabemos desde hace tiempo que el ejercicio es una buena manera proactiva de mejorar la condición física y combatir la enfermedad. Hoy en día, el ejercicio es reconocido como un elemento esencial en el desarrollo y el mantenimiento de la salud emocional.
La actividad física se prescribe cada vez con más frecuencia para el tratamiento de la depresión y de la ansiedad. El ejercicio por sí mismo no es un remedio, pero ofrece muchas ventajas.
Los investigadores han demostrado que mantener con frecuencia una actividad física es una psicoterapia eficaz en el tratamiento de la depresión ligera y moderada. Los terapeutas mencionan igualmente que los pacientes que hacen ejercicio con cierta frecuencia se mantienen mejor y son menos susceptibles de comer demasiado, de beber alcohol o de tomar drogas.
Ejercicio, ansiedad y depresión
Muchos estudios han llegado a la conclusión de que el ejercicio puede reducir la ansiedad. Las personas que hacen ejercicio dicen sentirse menos estresados y menos nerviosos. Incluso cinco minutos de ejercicios aeróbicos –ejercicios que requieren más oxígeno, como las sesiones de step, la natación y caminar– pueden tener efectos beneficiosos contra la ansiedad.
El ejercicio físico ayuda a impedir el repliegue sobre uno mismo, la inactividad y el sentimiento de impotencia que caracterizan a la depresión. Los estudios demuestran que los ejercicios aeróbicos y anaeróbicos –los ejercicios que no requieren más oxígeno, como la musculación– tienen efectos antidepresores.
Hacer ejercicio puede ayudar a mejorar la percepción que tenemos de nuestra condición física, de nuestras capacidades atléticas y de nuestra imagen personal. Una mejor estimaen uno mismo es otra de sus ventajas.
Finalmente, el ejercicio permite entrar en contacto con otras personas en un ambiente positivo. Durante la caminata o la sesión de bicicleta al aire libre, se entra en contacto con otras personas que comparten el mismo interés que uno por una misma actividad.
Sin duda alguna, los beneficios del ejercicio para mejorar la salud emocional son muchos. Por eso, no solo pienses en un cuerpo más tonificado o un corazón más sano a la hora de ejercitarte, ¡piensa que también haces un bien a tus emociones!
Fuente: iMujer