Toda economía dinámica y organizada garantiza resultados eficientes en las distintas variables macroeconómicas, esto en función de mantener un adecuado sistema económico y prestar la mejor calidad de bienestar a los ciudadanos. “La mayor suma” de felicidad un término que hace muchos años hemos estado escuchando; y que quizás como venezolanos lo vemos reflejado en otras latitudes o países, donde sus ciudadanos pueden mantener una holgada comodidad y facilidad de acceso a los servicios tan básicos y primordiales para una persona subsistir, pero que actualmente no es el caso de Venezuela.
Los constantes incrementos salariales se han tornado más que una medida económica en una alternativa de escape político, en esos momentos que los ciudadanos se encuentran insatisfechos o saturados con los precios y la escalofriante inflación que padece Venezuela. Quizás en otros tiempos un aumento de salario sonaba algo gratificante, ahora los ciudadanos rechazan toda alza salarial, pues ya conocen la realidad y los efectos que estos ocasionan; como el hecho de encontrarse con incrementos exhaustivos al día siguiente en los mercados, en los autobuses, en las mensualidades de los colegios, precios de calzado y ropas por solo mencionar algunos casos.
Más allá de esta realidad, en economías de este tipo se pierde la oportunidad de realizar los presupuestos familiares, hoy se cuenta con un ingreso y este a su vez es limitado por la inflación, restringiendo a las personas a la planificación, organización económica familiar, sin dejar de un lado que: la canasta básica familiar de acuerdo con el informe del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas), para el mes de mayo se ubicó en Bs 1.426.363,38, poniendo de manifiesto un déficit salarial del 475 % respecto a la canasta básica.
Las empresas, en cualquiera de sus dimensiones, grandes o pymes también sufren los riesgos causados por el salario, las compañías en el diseño de su estructura de costo, requieren establecer los gastos por concepto de sueldos y salarios o costos por mano de obra en el caso de las factorías, esto tiene incidencia en los valores de los bienes y servicios ofertados, por lo cual la empresa debe estar preparada para asumir los costos por conceptos de los incrementos salariales, de no ser así pudiese causar cuantiosas pérdidas, aunado a este escenario muchas empresas en vista de no estar preparadas optan por el despido o “reducción de personal” al no poder asumir tales costos, un atmósfera más drástica es el cierre total de las empresas.
Urge una estabilización de las medidas macroeconómicas en aras de fortalecer la economía y restablecer el desarrollo económico, social de Venezuela, el cual ha estado afectando a los más carentes de recursos financieros. Redimensionar drásticamente la visión país es una necesidad imperante, donde todos los ciudadanos puedan satisfacer sus necesidades básicas como lo decía Maslow (autorrealización, reconocimiento, afiliación, seguridad y fisiología).
Imagen Reuters
Por Claudio Viloria @claudioviloria
Banca y negocios