El Gobierno de EE.UU. expresó hoy su disposición a normalizar las relaciones con Venezuela tras el fallecimiento del presidente Hugo Chávez, pese a la expulsión de dos asesores militares de su embajada en Caracas este martes.
Un alto funcionario estadounidense del Departamento de Estado aseguró hoy a periodistas en Washington que «este es un momento muy difícil para los venezolanos», y mostró la «esperanza» de EE.UU. en que las elecciones «se produzcan de acuerdo con la Constitución venezolana y los documentos regionales como la Carta Democrática Interamericana».
El citado funcionario, que pidió el anonimato, indicó que la expulsión ayer de dos militares de su embajada en Caracas no significa que Venezuela haya abandonado su intención de normalizar relaciones con EE.UU., y mostró su disposición a continuar el proceso.
No obstante, anticipó que en la campaña electoral que ahora empieza «seguiremos oyendo comentarios sobre los Estados Unidos que no ayudarán a mejorar esta relación», pero confió en que, una vez elegido un nuevo Gobierno, puedan retomarse los contactos.
«Las campañas electorales no son siempre el mejor momento para avanzar en política, y entendemos que Venezuela puede tardar algo de tiempo en estar lista para tener estas conversaciones de manera más regular y más seria», añadió.
En el único comunicado de la Casa Blanca respecto a la muerte de Chávez, emitido a última hora de ayer, el presidente estadounidense, Barack Obama, se limitaba a reafirmar «su apoyo al pueblo venezolano» y su «interés en desarrollar una relación constructiva con el Gobierno de Caracas».
Ambas naciones rompieron relaciones diplomáticas de alto nivel en 2010, cuando retiraron sus respectivos embajadores.
Sin embargo, los analistas no auguran avances notables en un futuro próximo.
El codirector del progresista Centro para la Investigación Económica y Política (CEPR), Mark Weisbrot, señaló hoy a Efe que no ve «mucho interés en que se mejoren las relaciones con Venezuela» por parte de EE.UU.
«Creo que (el presidente Barack) Obama juega la carta de cara a la audiencia doméstica, no le interesa especialmente retomar las conversaciones con Venezuela», afirmó.
De fondo, no obstante, se dibuja la estrecha relación comercial, especialmente petrolera, difícil de eliminar de la noche a la mañana.
Pese a sus caldeados intercambios retóricos, Venezuela es el tercer exportador de petróleo a Estados Unidos, por detrás de Canadá y Arabia Saudí, con cerca de 32 millones de barriles mensuales al cierre de 2012.
Según informó el país suramericano, el vicepresidente de Venezuela y sucesor político de Chávez, Nicolás Maduro, se quedará temporalmente al frente de la Presidencia del país en el lapso previo a unas elecciones que, de acuerdo a la Constitución, deberían celebrarse en los 30 días consecutivos a la muerte del presidente.
«Ninguna duda que los enemigos históricos» de la patria «buscaron el punto para dañar la salud» del presidente venezolano, aseguró Maduro ayer en referencia a EE.UU., en una señal de que no cambiará la postura antiestadounidense que caracterizó al Gobierno de Chávez.
Algo que el Departamento de Estado de EE.UU. se apresuró a tildar rápidamente de «indignante».
En este sentido, Eric Farnsworth, vicepresidente del Council of the Americas, subrayó a Efe el interés de Maduro por mantener la amenaza de una»fuerza externa» y pronosticó que Estados Unidos evitará cualquier pronunciamiento público para que no parezca que está «interviniendo».
«Washington no quiere dar a los chavistas una excusa para atacar a los EE.UU.», precisó Farnsworth, tras lo que agregó que EE.UU. buscará colaborar con otros poderes regionales como Brasil y Colombia para asegurar un desarrollo «justo» de las elecciones.
Maduro será el candidato del chavismo y se enfrentará con gran probabilidad a Henrique Capriles, líder de la oposición venezolana y que el pasado septiembre cayó derrotado ante Chávez en las elecciones presidenciales, aunque con el mejor resultado de la oposición en más de una década.
IPP
Fuente: Agencias