Rodrigo Paz Pereira encabezará el nuevo ciclo político que se abre en el país andino. Su claro triunfo en las elecciones del domingo y la debacle política del Movimiento al Socialismo (MAS), que mandó durante veinte años en sucesivos gobiernos de Evo Morales y el actual de Luis Arce, son las señas de esta etapa novedosa, no exenta de riesgos pero que el candidato postulado por el Partido Demócrata Cristiano (PDC) promete encarar con moderación.
Aunque la política le viene desde la cuna, su padre Jaime Paz Zamora fue presidente de Bolivia (1989-1993) y su abuelo, un general, era primo hermano de otro presidente, Jaime Paz Estenssoro, no fue sino hasta finales del siglo pasado que Paz Pereira decidió dedicarse a la actividad política, tras formarse en Estados Unidos, donde estudió Relaciones Internacionales y obtuvo una maestría en Gestión Política en la American University de Washington DC. Fue alcalde de Tarija y desde 2020 senador a la Asamblea Legislativa Plurinacional. Sin partido propio, el presidente electo de Bolivia ha pasado de una organización a otra, desde el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR, fundado por su padre en 1971) hasta su muy reciente acuerdo con el PDC.
De manera que, teniendo vínculos con la política tradicional, es a la vez un outsider, centrista, que en campaña propuso a los ciudadanos un “capitalismo para todos”. También es precavido, dicen que por su herencia gallega, nació en Santiago de Compostela en 1967, la ciudad de su madre, a quien Jaime Paz Zamora conoció durante su azarosa vida de exilios. Paz Pereira fue en su infancia y adolescencia de un país a otro, incluido Venezuela, y solo cuando tenía 15 años llegó por primera vez al país que gobernará a partir del próximo 8 de noviembre.
Bolivia transita por una severa crisis económica, caracterizada por alta inflación, escasez de reservas y una devaluación no declarada. Una marca de su campaña es alejarse de la polarización que ha caracterizado la vida política, como la de tantos otros países en la región, para lo cual propuso, entre otras cosas, “trabajar con todos, producir con todos y crecer con todos”. Un discurso alejado de los extremos y de los bandazos que van de izquierda a derecha o de muy izquierda a muy derecha y viceversa, sin consolidar un proyecto político.
Diversos análisis apuntan que la candidatura de Paz Pereira creció con los votos que perdió el MAS, sumido en una guerra interna que redujo su cuota parlamentaria a unos cuantos cargos. Derrotó al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, bastante más a la derecha, por una consistente diferencia. El nuevo ciclo de la vida boliviana pondrá a prueba su capacidad para lograr apoyos a un lado y otro del espectro político y, con suerte, paciencia e inteligencia, rescatar la noción de que con modo todo se puede
Editorial de El Nacional.