Editorial de El Nacional: “Un momento oscuro”

Editorial de El Nacional: “Un momento oscuro”

Hay que compartir con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que haya descrito la situación de su país como “un momento oscuro”. Fue su expresión después del terrible asesinato de Charlie Kirk, un carismático líder de las nuevas generaciones de jóvenes americanos, que contribuyó, según The New York Times, a darle forma al movimiento que se aglutinó en torno al mandatario estadounidense, quien durante la campaña electoral también sufrió un atentado, del que salió ileso. Kirk recibió un tiro en el cuello el miércoles mientras hablaba en la Universidad del Valle de Utah como parte de su gira American Comeback Tour. Trasladado a un hospital, no sobrevivió.

La longeva democracia americana transita por una senda áspera. Quienes siempre han apostado por el declive de su liderazgo mundial, seguramente se alegrarán. Para los demócratas sin prejuicios, en cambio, es un asunto de creciente preocupación. Un país que durante dos siglos y medio ha elegido mediante el voto, aún en períodos de guerra interna y externa, a sus mandatarios sin falta cada cuatro años es, tan solo por eso y nada menos, una referencia mundial, que merece estudio y admiración. ¿Cuánto nos cuesta a nosotros que ese acto supremo de la voluntad popular sea respetado?

Estados Unidos ya pasó por una etapa en la que la violencia política, con los asesinatos de John F. Kennedy, Martin Luther King y Robert Kennedy, por citar los más notorios, marcaron los años sesenta del siglo pasado, pero, a la vez, bajo la conmoción de aquellos días, se abrió paso un amplio y poderoso movimiento por los derechos civiles y contra la intolerancia que fortaleció a la sociedad estadounidense, una sociedad abierta y dispuesta a exponer sus propias lacras y heridas, particularmente después de la desgarradora experiencia de Vietnam, su primera y dolorosa derrota militar.

Hay brotes ahora de violencia contra republicanos y demócratas, a un lado y otro de la acera política.  El asesinato de Kirk es la confirmación pronta de la gravedad del momento, del “momento oscuro”. Apenas tenía 31 años, dos hijos pequeños, y era reconocido como un orador cautivador y un polemista muy capaz. Era el líder de la organización Turning Point USA (Momento crucial, el juego de palabras con Trump no luce casual) que fundó en 2012, cuya misión consiste en “identificar, educar, capacitar y organizar a los estudiantes para promover los principios de responsabilidad fiscal, libre mercado y gobierno limitado.”

Trump, que dijo estar lleno de dolor e ira por la muerte de Kirk, y señaló a la “izquierda radical”, le entregará de manera póstuma la Medalla Presidencial a la Libertad. Los partidos condenaron el asesinato y coincidieron en llamar a la reflexión sobre la violencia política. Las acusaciones tempranas y destempladas parecen impropias en una sociedad lastimosamente polarizada.

 

Editorial de El NacionalCharlie Kirk

 

Comparte esta noticia: