Editorial de El Nacional: También hay que hablar de desnutrición

Editorial de El Nacional: También hay que hablar de desnutrición

No se habla de otra cosa.  El interés del país se encuentra centrado en la salida de su prolongada crisis política. En oír los análisis, las hipótesis, las declaraciones que informan (y desinforman), en medio de los bombardeos norteamericanos en los alrededores del mar Caribe, frente a los cuales el gobierno venezolano decide “armar al pueblo”, para enfrentar al “imperialismo yankee”. Sobra indicar que, en semejante contexto, las palabras acuerdo y transición apenas se oyen, aunque últimamente hayan aumentado alguito sus decibeles. Ocupados en lo anterior se ha diluido, entonces, la atención sobre la precaria realidad que envuelve al país, en todos los escenarios por donde transcurre la vida de su gente.

 

En este contexto, la organización Caritas de Venezuela ha publicado a mediados de este mes un informe que nos recuerda la necesidad de mirar hacia otros lados. El informe evaluó a 2.502 niños menores de cinco años y a 740 mujeres embarazadas o lactantes en 20 estados del país. Una muestra que arroja datos precisos y preocupantes sobre esta realidad inocultable, pero ciertamente olvidada en medio de otras “urgencias”.

El 9,1% de los niños evaluados presenta Desnutrición Aguda Global (moderada y severa).  Pero si se toma en cuenta a aquellos en riesgo de desnutrición, la cifra asciende a 29,5%, que representaría tanto a los que sufren }de desnutrición aguda o está muy cerca de padecerla, un dato que contraría las cifras oficiales y, por otro lado, ratifica las que han dado conocer diversos organismos internacionales.

 

En el documento se muestran las graves consecuencias que origina la desnutrición a corto y largo plazo en la evolución física, social, económica y cognitiva de los niños, siendo los menores de 2 años los más afectados. En el último aspecto, el mental, da cuenta de retrasos en el lenguaje y la motricidad, menor coeficiente intelectual, bajo rendimiento académico y menor capacidad de razonamiento Así mismo, advierte que si la desnutrición se desarrolla entre el momento de la gestación (por la mala alimentación de la madre) y los 2 años, la lesión cerebral puede ser irreversible, en diverso grado.

 

La desnutrición infantil es, como se sabe, un problema asociado al consumo de alimentos, pero también es, desde luego, una secuela de la pobreza, la desigualdad, la falta de acceso a servicios básicos y de otros aspectos que revelan la negligencia gubernamental, no sólo en Venezuela, sino para una buena parte del planeta.

 

Lamentable e inexplicablemente, la desnutrición sigue siendo una tarea pendiente y figura como uno de los mayores desafíos del siglo XXI.

Caritas1

Foto: Caritas Venezuela

 

Comparte esta noticia: