La Universidad Católica Andrés Bello, a través de su proyecto Psicodata Venezuela, ha venido realizando desde hace un par de años unas muy interesantes y útiles investigaciones sobre las características psicosociales de los venezolanos.
En esos estudios se han encontrado tanto características que pudieran describirse como fortalezas o elementos protectores de la persona, conviviendo con otros rasgos que pudieran calificarse como debilidades o factores de vulnerabilidad psicosocial.
Entre los primeros destacan, por ejemplo, una alta resiliencia o capacidad para desarrollar habilidades adaptativas a pesar de experimentar adversidades y entornos hostiles; unos niveles moderados y altos de optimismo; una valoración positiva de las personas sobre los aspectos generales afectivos de su vida; buena disposición a la participación y a involucrarse en diversos tipos de actividades tales como políticas, culturales, espirituales, sociales, deportivas o recreativas; un altísimo apoyo percibido por parte de la familia; y el uso frecuente del humor, la reinterpretación positiva de las cosas y el apoyo en la religiosidad como estrategias de afrontamiento ante los problemas y dificultades.
Al mismo tiempo, entre algunos de los factores de riesgo hallados, se encuentra una muy baja confianza interpersonal; el hecho de que uno de cada tres venezolanos expresa sentir miedo generalizado ante situaciones provenientes de su entorno; 20% de la población reporta síntomas o indicadores de malestar psicológico tales como pérdida de sueño, tensión y agobio, inutilidad percibida, infelicidad, desconfianza en sí mismo y minusvalía; hipertrofia de las preocupaciones económicas como fuente de estrés; casi 40% tiende a creer que las cosas y eventos son determinados por el destino o la suerte; bajo apoyo social percibido por parte de instituciones del entorno distintas a la familia; o que uno de cada cuatro muestre altos niveles de impulsividad y con tendencia a reaccionar de forma rápida, inesperada y desmedida sin considerar las posibles consecuencias.
Más allá de los datos, las dos caras de esta moneda que representan el retrato psicosocial de los venezolanos no significa que hayamos nacido así, sino que se ha ido configurando a partir de nuestra interacción con el entorno que nos rodea. Por eso la importancia capital de insistir en la necesidad de condiciones sociales, políticas y económicas que contribuyan al desarrollo de defensas ante el riesgo de una mayor vulnerabilidad psicosocial, distintas a las condiciones de entorno actuales que -por el contrario- lo que hacen es estimular y reforzar aquellos rasgos negativos de nuestro perfil como nación.
Editorial de El Nacional
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