Se elige al nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) para sustituir a Luis Almagro, luchador por la democracia y los derechos humanos, quien durante la década de su mandato (dos periodos) apoyó la lucha por la democracia en Venezuela con firmeza y decisión. Algunos han calificado su acción permanente en el marco de sus tareas como el funcionario de más alto rango de la OEA como la doctrina Almagro.
La candidatura de Albert Ramdin es la única, tras el retiro del canciller de Paraguay, quien representaba en alguna medida, de acuerdo con sus propias declaraciones, el seguimiento de la doctrina Almagro, es decir, defender y promover la democracia y la protección de los derechos humanos, un compromiso que los países de la región adoptaron cuando se suscribió la carta de la organización, en Bogotá, en 1948.
El candidato surinamés cuenta con el apoyo de la mayoría de los países de la región, entre ellos, Colombia, Brasil, México, Chile, Uruguay, los países del Caribe, lo que lo presenta, al ser la única candidatura, como el próximo secretario general de la OEA.
Para analistas y observadores el candidato surinamés, quien se ha desempeñado como secretario general adjunto en épocas anteriores, dista de ser el más fervoroso defensor de la democracia y de los derechos humanos. En sus declaraciones durante el proceso electoral interno de la organización, con pocas referencias a los temas fundamentales que interesan a la región, dio prioridad al principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados, una concepción más rígida de sus funciones, en contraposición con la defensa de la democracia y los derechos humanos como entidades superior
Se ha comentado también que junto con el apoyo de la mayoría de los países de la región, el candidato de Surinam tiene el respaldo de China, país que intenta fortalecer su presencia en América Latina y el Caribe. Estados Unidos no se ha manifestado hasta ahora, lo que refleja el menor interés de Washington por el multilateralismo regional, despreciando la posibilidad de una OEA fuerte ante gobiernos de corte socialista que confrontan los principios sobre democracia, libertad y derechos humanos.
Se abre una nueva etapa, con un funcionario que parece dispuesto a dejar de lado las iniciativas que adoptó Almagro, reconocido como un demócrata cabal, cuyo interés fue promover la democracia tal como está concebida en la Carta de la OEA y en documentos fundamentales que deberían regir las relaciones intrarregionales: la Carta Democrática Interamericana.
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Reunión del Consejo Permanente de la OEA / Archivo – EFE