Editorial de El Nacional: Menos pobreza, más desigualdad

Editorial de El Nacional: Menos pobreza, más desigualdad

Foto: elucabista.com
La Encuesta de Condiciones de Vida que deberíamos disponer de un organismo público confiable y responsable la ha suministrado la Universidad Católica Andrés Bello durante los últimos diez años. Un esfuerzo encomiable que dibuja, con suficiencia de datos y curiosidad investigativa, el país que es Venezuela en el primer cuarto de este siglo XXI. Un cuarto de siglo de promesas fallidas, de carencias agravadas y de ausencia de rumbo.

Un país en el que 40% de sus hogares recibe agua algunos días a la semana; en 28% se interrumpe el servicio eléctrico cada día por varias horas, en 47% alguna vez por semana también por varias horas y en el que solo 8% tiene luz siempre. En 79% de las calles y avenidas de ciudades y municipios brillan los huecos, grietas y baches y en 72% no funcionan los semáforos.

Un país en el que la cobertura educativa es de 66% de la demanda potencial, 10 puntos menos que en 2016. Solo 21% de los hombres de entre 18 y 24 años de edad asiste a clases, un porcentaje que asciende solo hasta 29% en el caso de las mujeres. «El agrava miento de la crisis económica y el empobrecimiento generalizado significó que muchas familias no pudieran seguir sosteniendo los costos de servicios educativos privados y se vieran obligadas a migrar a la educación pública», dice el informe Encovi levantado entre junio y julio de 2024. Curiosamente, hay una leve mejora en el porcentaje de población de entre 3 y 24 años inscrita en centros privados, pero muy por debajo del dato similar de 2015. El deficiente Programa de Alimentación Escolar (PAE) funciona peor en los segmentos pobre y pobre extremo que en el no pobre.

«La pobreza de ingreso -advierte la Encovi 2024- sigue siendo uno de los grandes escándalos que padece la sociedad venezolana. Pero más allá del ingreso persisten esquemas de carencias que repercuten sobre la calidad de vida de los hogares». Y añade que algunas de esas carencias son tan importantes que no hay forma de que un ingreso, por muy elevado que sea, pueda subsanarlas. El dato duro es que la pobreza multidimensional es de 56,5%, apenas un poco menor que la de 2023, pero 17 puntos por encima de la de hace una década.

Ingreso, servicios públicos, empleo y vivienda son los componentes de la pobreza multidimensional. Componentes vulnerables todos. El leve descenso de la pobreza en el primer semestre del año pasado fue el resultado de la estabilidad cambiaria, la reducción del aumento de la inflación y el crecimiento económico. «La volatilidad del segundo semestre de 2024 y lo que será 2025 puede que ya esté mostrando una realidad muy distinta», adelanta el informe y lo confirma la realidad: el dólar se ha disparado y la inflación vuela.

Con relación a los bonos públicos con los que pretenden compensar los bajos salarios e ínfimas pensiones, la encuesta revela que 76,6% de los hogares recibió al menos uno en los últimos 12 meses, una cifra levemente inferior a la de 2023 cuando llegó a 79,5%. Se ha duplicado, sin embargo, el valor promedio de los bonos: de 18,6 dólares a 43,1 dólares de un año a otro. Siete de cada diez hogares no pobre reciben bonos y su valor es también el doble de los que reciben los hogares pobre y pobre extremo.

El coeficiente Gini, que mide la desigualdad, empeoró de 2023 a 2024 y es mucho mayor que el de 2014: cuanto más alto más grande es la desigualdad.

La décima edición de Encovi resume su estudio en un conjunto de conclusiones. Dos de ellas: una, la situación económica favorable hizo que la pobreza de ingresos se redujera, pero al no cambiar el resto de factores que afectan la calidad de vida (educación, salud, empleo, protección social y servicios) los otros indicadores de situación social (pobreza multidimensional y los índices de vulnerabilidad) mejoran muy poco; la otra conclusión es que la crisis humanitaria se ha focalizado en regiones y estratos sociales, pero la situación general de la población puede volver a deteriorarse por las condiciones políticas institucionales y sus consecuencias socioeconómicas.

Foto: elucabista.com

 

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