Editorial de El Nacional: Horarios al uso

Editorial de El Nacional: Horarios al uso

Desde el 24 de marzo la administración pública venezolana, por órdenes de arriba, entró en el Horario Climático, mediante el cual a cada día laborable seguirá otro no laborable. El primero tiene una duración de cuatro horas y media. El resto del tiempo, salvo que la imaginación emprendedora lo demande, los centenares de miles de empleados públicos podrán observar cómo los embalses vuelven a llenarse de agua. Además de las guerras intestinas, siempre al acecho, los de arriba miran más alto y detectan una guerra climática que avanza inexorable pese a sus, dicen, atentos oficios.

A los venezolanos y venezolanas se les pide colaboración: ajustar la temperatura del aire acondicionado (los enchufados, claro); que disfruten de la luz natural (que aún es gratis); y que desconecten sus aparatos electrónicos (por donde se transmiten cosas que los de arriba consideran desaconsejables). En los próximos días, la Fiscalía ordenará la prohibición de aquel viejo éxito puntofijista que decía “Hay algo eléctrico entre tú y yo.”

El país sigue adelante, siempre vencedor, con otros horarios plenamente asimilados:

Horario Mosaico: el que rige en las escuelas públicas para que maestros y maestras puedan dedicar jornadas laborables en otros menesteres a fin de ganarse la vida porque el contrato colectivo está congelado (aún sin electricidad) y en muchos casos no les alcanza lo devengado como docentes para pagarse el traslado hasta el lugar del trabajo. La población escolarizada en el país equivale a 66% de la demanda. De los que asisten a clases, 40% lo hace de manera irregular.

Horario Alimentario: contrario a la costumbre -debe ser que era una mala costumbre- en el país quedó en desuso aquello de ingerir alimentos cuatro o cinco veces al día: desayuno, meriendita de media mañana, almuerzo, la merienda de siempre y cena. En abril de 2023, última fecha del Informe Encovi, 46,9% de la población admitió comer menos; 32,3% sintió hambre pero no comió; 12,2% pasó sin comer todo un día. En algunos de estos horarios, los padres se alimentan con solo ver comer a sus hijos.

Horario Contestatario:  de acuerdo con el libro azul de la Constitución está vigente las 24 horas cada uno de los 365 días del año, incluso en año bisiesto.  Es de todos, el horario más vigilado. Su puesta en práctica queda a riesgo de los usuarios y usuarias. Su cumplimiento, aún muy parcial, ha dado lugar a cosas prohibidas por el libro azul: desapariciones forzadas, negación de la defensa propia, malos tratos y torturas. Después de las elecciones del 28J, ese horario fue además de contestatario, espontáneo y engrosó, por obra y gracia de los de arriba, la cifra de presos políticos con hasta más de 1.800 venezolanos.

Algún día, se espera y se confía, se recobrará el horario de la libertad y de las causas justas, de la felicidad, en cuya medición también vamos palo abajo, y del reencuentro de los venezolanos consigo mismo.

 Editorial de El Nacional

vida larga

Foto: Pixabay

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Horario Alimentario: contrario a la costumbre -debe ser que era una mala costumbre- en el país quedó en desuso aquello de ingerir alimentos cuatro o cinco veces al día: desayuno, meriendita de media mañana, almuerzo, la merienda de siempre y cena. En abril de 2023, última fecha del Informe Encovi, 46,9% de la población admitió comer menos; 32,3% sintió hambre pero no comió; 12,2% pasó sin comer todo un día. En algunos de estos horarios, los padres se alimentan con solo ver comer a sus hijos.

Horario Contestatario:  de acuerdo con el libro azul de la Constitución está vigente las 24 horas cada uno de los 365 días del año, incluso en año bisiesto.  Es de todos, el horario más vigilado. Su puesta en práctica queda a riesgo de los usuarios y usuarias. Su cumplimiento, aún muy parcial, ha dado lugar a cosas prohibidas por el libro azul: desapariciones forzadas, negación de la defensa propia, malos tratos y torturas. Después de las elecciones del 28J, ese horario fue además de contestatario, espontáneo y engrosó, por obra y gracia de los de arriba, la cifra de presos políticos con hasta más de 1.800 venezolanos.

 

Algún día, se espera y se confía, se recobrará el horario de la libertad y de las causas justas, de la felicidad, en cuya medición también vamos palo abajo, y del reencuentro de los venezolanos consigo mismo.

 

 

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