Editorial de El Nacional: El perdón de Erika Kirk

Editorial de El Nacional: El perdón de Erika Kirk

El funeral de Charlie Kirk, el activista conservador asesinado el 10 de septiembre mientras hablaba ante estudiantes en la Universidad del Valle de Utah, fue un acto multitudinario que congregó a más de 90.000 personas, según versiones periodísticas, y contó con la más alta representación del gobierno de Estados Unidos, comenzando por Donald Trump, junto a un impresionante reparto de figuras del movimiento MAGA (Make America Great Again). Celebrado en el estadio State Farm de fútbol americano de los Cardenales de Arizona, en Glendale, mezcló mensajes políticos y religiosos en dosis similares, en un contexto de alta tensión en la longeva democracia estadounidense.

La viuda de Kirk, Erika, protagonizó el momento más emotivo del homenaje al subirse al escenario, chaqueta blanca y también blanco un pañuelo que llevaba en sus manos, y ante el silencio total de los millares de asistentes expresó que estaba preparada para perdonar al asesino de su marido. “En la cruz nuestro Salvador dijo: ‘Padre, perdónales porque no saben lo que hacen’”. Estalló una ovación y ella prosiguió: “Y es lo que habría hecho Charlie, porque la respuesta nunca es el odio, sino amor y siempre amor (…) la misión de mi esposo fue salvar a hombres jóvenes, justo como el que el quitó la vida.”

El joven que le quitó la vida es Tyler James Robinson, de 22 años, detenido 30 horas después del asesinato, tras ser identificado en las imágenes que circularon por su propia familia, mormona y de afiliación republicana, según ha trascendido. La Fiscalía ha pedido la pena de muerte para Robinson, que uso un rifle para disparar contra Kirk a 180 metros de distancia y perforarle el cuello. El joven se habría radicalizado en el último año, de acuerdo a versiones de familiares y amigos, hacia la izquierda y en favor de los derechos gay y trans.

La exmiss Arizona conoció a Charlie Kirk en 2012 en una entrevista de trabajo. Se casaron en 2018 y tuvieron una niña y un niño; con la maternidad ella admitió que se volvió íntegramente conservadora.  Ahora, asesinado su marido, asumió la dirección de Turning Point USA, la organización creada por Kirk en 2012, que resultó vital para captar el voto joven en respaldo de la candidatura de Trump en 2024. “Charlie, dijo su viuda, murió con el trabajo incompleto, no con asuntos pendientes.”

Este trágico suceso que ha conmocionado a Estados Unidos y al mundo sintetiza un momento político y social de enorme preocupación, por sus ingredientes de división, intolerancia y confrontación desmedida que recuerda tiempos de violencia política que parecían superados. Lo deseable sería que prevaleciera el espíritu de las palabras de la viuda Kirk, sobre las cuales Donald Trump, en el cierre de su intervención, disintió. “Lo siento, Erika”, le dijo sobre el perdón. La justicia debe aplicarse por las instancias que le corresponde, con todo su rigor, pero, sobre todo, la búsqueda honesta de las causas que engendran la violencia y la sinrazón.

 

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