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Edgar Zambrano condena respuesta represiva a protesta estudiantil mientras diálogo permanece en la oscuridad de Miraflores

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Edgar Zambrano condena respuesta represiva a protesta estudiantil mientras diálogo permanece en la oscuridad de Miraflores

El Jefe de la Fracción Parlamentaria de Acción Democrática en la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, insistió este lunes en la necesidad de hacer vivo el diálogo nacional con fines pacificadores, a favor de la vida y en pleno respeto a los derechos consagrados en la Constitución que incluyen la protesta ciudadana.

 

En una nueva misiva consignada en el Palacio de Miraflores, Zambrano rechazó el uso de la represión, evidenciada más recientemente en las protestas estudiantiles. “Estudiantes presos, heridos, retratan un país en crisis que no anda bien, Simonovis cada día peor, los policías acusados de los hechos de Puente Llaguno doblemente condenados, exiliados graves en fase terminal, niegan la voluntad de diálogo y es criminal silenciarlo con la represión que nos acerca a una situación grave de consecuencias impredecibles”, alertó.

 

El parlamentario por el estado Lara considera que una señal inequívoca de reconocimiento del otro sería dar respuesta a los derechos humanos sin distinción, responder a los planteamientos de prisioneros y exiliados y cesar la represión a la protesta legítima ante las deficiencias del estado en dar respuesta a la gente. “Con violencia no resucitarán los alimentos que escasean ni llegarán los dólares para revivir la economía de puertos, es esta una realidad cruel, inocultable”, expresó.

 

El Jefe de la bancada del partido blanco atribuyó la legítima protesta de los estudiantes a la falta de respuesta del Estado ante los problemas de la gente, y le recordó a Maduro en el documento la militancia juvenil y su correspondiente irreverencia. “Táchira, Mérida, Nueva Esparta exigen la libertad de sus hijos presos”, expresó.

 

También hizo mención a los trabajadores de distintos sectores que han sido detenidos, la protesta sindical que ha conducido a prisión y procesos judiciales, como elementos que también perturban el clima en el país, por lo que le planteó distintas interrogantes al Jefe del Ejecutivo: “¿Quién necesita la autopista de la guerra civil? ¿A quién le interesa un país partido en mitades? ¿Quien desea gobernar sobre cenizas? , Sin duda que a más del 90% de los venezolanos no, y no, porque eso va contra su cultura política y democrática”.

 

Insistió el también Vicepresidente de AD en la legitimidad y legalidad de la protesta cívica, “la activación de mecanismos constitucionales, 350, 333 y referéndum no son un golpe de estado, no pueden ni deben constituir la furia de los poderes para desmeritar un acto meramente democrático, constitucional, quienes lo aúpen están en su derecho así como quienes respalden estos planteamientos”, y agregó “Hora útil, Nicolás, para desvestir la violencia, vistiendo el diálogo y la paz”.

 

Igualmente le plantea a Maduro en el documento, la necesidad de elaborar planes económicos con el concurso de todos los sectores del país. “Es malo para el proyecto de paz, la racionalidad lógica política, continuar escondiendo el diálogo. Malo pretender aislarlo llevando énfasis hacia la confrontación que solo nos lleva a más confrontación”, sostiene.

 

A continuación el texto de la carta enviada:

 

Ciudadano
Nicolás Maduro
Presidente  de la República Bolivariana de Venezuela
Su Despacho.-

 

Ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, en atención a lo dispuesto en el Artículo 136 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, referido al Poder Público, “El Poder Público se distribuye entre el Poder Municipal, el Poder Estadal y el Poder Nacional, se divide en Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral. Cada una de las ramas del Poder Público tiene sus funciones propias, pero los órganos a los que incumbe su ejercicio colaborarán entre sí en la realización de los fines del Estado” y en mi condición de diputado de la Asamblea Nacional electo por la Circunscripción Electoral número 3 del Estado Lara, ocurro ante su competente autoridad: En atención a la voluntad de diálogo expresada de manera reiteradas oportunidades ocurro ante su despacho insistiendo en la solicitud de audiencia formal con el objeto de abordar el importante tema relacionado con la liberación de prisioneros, regreso de exiliados a la patria, así como el cese de la persecución judicial contra diputados principales y suplentes de la Asamblea Nacional.

 

Nicolás, tú,  dirigente sindical, te has preguntado cuántos dirigentes sindicales permanecen presos por ejercer el mandato de los trabajadores, no debes haber olvidado ese petitorio sagrado de las asambleas de base requiriendo sus derechos, cumplimiento al clausulado integrante de cada convención colectiva. Tu nueva condición como cabeza del Ejecutivo no debe cambiar  en lo absoluto ese principio universal.

 

Averigua Nicolás, donde están los dirigentes sindicales detenidos: José Bodas, Secretario General de la FUTPV, Leonal Urgarte, Vladimil Carvajal, William y Omar Parica, Hendy Torres, Jesús Girado y Emilio Millán, todos dirigentes petroleros, y aquellos perseguidos judicialmente en varias entidades del País como por ejemplo Bolívar.

 
Igualmente la esencia y actuación de nuestros jóvenes irreverentes está circunscrita a la protesta con posturas innatas del arresto que provoca la injusticia, el quiebre de la Constitución y no es, con la respuesta represiva como se solucionan los problemas que la incitan, menos con juicios civiles en instalaciones militares, con el uso de la fuerza  del Estado, atropellando derechos políticos y garantías constitucionales. Ese no es el camino indicado para sustentar la  arquitectura de la paz  ciudadana.

 

Recordemos los tiempos de juventud en esa militancia por la que pasamos todos los que en definitiva abrazamos  la política como oficio y en su tránsito, sea la posición que la vida nos depare, no podemos olvidar la pasión que nace con la lucha, debiendo entenderla, macerarla, dándole soluciones. Obligados estamos como actores de la vida nacional a entender sus orígenes y aportar en consecuencia lo inducido, por la política buena, de carne y hueso, la del día a día, dejando a un lado al garrafón de gasolina, tomando el manual de resolución de conflictos, activando el diálogo necesario, proyectando las medidas humanitarias y no lo irracional de la fuerza que solo nos lleva a más injusticia; por allí no, esa no es la Carta Fundamental. Táchira, Mérida, Nueva Esparta exigen la libertad de sus hijos presos.

 

Nicolás, por qué no tomar seriamente la propuesta de la Iglesia y sus pastores,  Monseñor Padrón y la Conferencia Episcopal, valorar la crítica, estudiar sus planteamientos, produciendo respuestas asertivas, el país está molido por la confrontación, la Iglesia como centro para la paz está asociada al deber ser, buena voluntad y plena disposición, con el objeto de evitar ese choque entre los venezolanos. ¿Quién necesita la autopista  de la guerra civil? ¿A quién le interesa un país partido en mitades? ¿Quien  desea gobernar sobre cenizas? , Sin duda que a más del 90% de los venezolanos no,  y  no,  porque  eso va contra su cultura política y democrática.

 

El pueblo nunca estará asociado a acciones que representan la violencia como componente de resolución  al desiderátum que define el manual.  Consiente está el costo asociado a la  fórmula del dialogo, si no fuera así más del 90 por ciento no lo avalaría.

 

Inquieta sobre manera tu silencio, las nulas muestras  de querer resolver como lo predicas forjando el capítulo  para la paz.

 

Recientemente declaré: “no existe una vía alterna al diálogo que no sean las balas”, trato con ello de llamar a reflexión sobre lo que sucede en la Venezuela de todos, buscando la respuesta lógica  entre la paz orientada por el dialogo, negando la confrontación con el uso de la fuerza, negando las balas, observándolo como elemento contradictorio a lo que propones en el discurso, a lo que no debe ser, la protesta cívica, pacífica y democrática, son las bases de ganar ganar y esto no debe molestar al gobernante obligado a corregir. La calle con el pueblo reclamando sus derechos no es insurrección, es un alerta propio e inalienable de la cultura democrática.

 

La activación de mecanismos constitucionales, 350, 333 y referéndum no son un golpe de estado, no pueden ni deben constituir la furia de los poderes para desmeritar un acto meramente democrático, constitucional, quienes lo aúpen están en su derecho así como quienes respalden estos planteamientos. Sin embargo, tan válido es el diálogo como esencia plena del ejercicio democrático, siendo el soberano quien determina por los hechos el camino que abonará.

 

Cagatintas de allá y de aquí financiados por el erario público no dan el mejor ejemplo para enviar nuestro pueblo a un matadero, donde los muertos los ponen los pendejos asediados por irresponsables, no va ninguno de estos turistas, asomados a la política,  a la línea de tiro, contrariamente se esconden en la pluma del  esquirol;  son los sabios que dictan lo que se debe hacer bajo el pretexto constitucional para ofertar sus decretos de guerra, favoreciendo esta salida como manager de tribuna, que al bajar al terreno dejan ver sus calcetines abollados por la frustración de no ser tomado en cuenta por el soberano, aquellos capaces de verter su lila sobre los aposentos de sus orígenes, con tal de disparar por mampuesto a la Iglesia y todos los que prestigian el diálogo para oponerse al encuentro de las balas. Estos no quieren la paz, no les interesa, con la paz quedan desempleados, son los mediocres filósofos que tragan un orangután sin arrojar una lágrima.

 

Valgan estas reflexiones para declarar diálogo y paz contra el uso de la violencia, solidaridad con la protesta popular, solidaridad con los trabajadores, estudiantes, presos y exiliados. Nunca es tarde para llamar la atención luchando por una Venezuela de todos, libre y de los venezolanos y no un  país entre cenizas para el gozo de los zares de la inteligencia condicionada a los retretes de la pleitesía.

 

Nicolás, es contrario a todo principio de convivencia y diálogo continuar negando la existencia del otro, de la Venezuela expresada en las urnas electorales, del país inscrito en el desiderátum constitucional, con respeto a sus derechos políticos, sin renunciar a principios, actuando con la inteligencia debida y dignidad en grado supremo, sin arrodillarse con la bandera empinada en pleno y total respaldo a sus derechos humanos.

 

Es bueno recordarte que la represión no es la mejor consejera para la paz social. Estudiantes presos, heridos, retratan un país en crisis que no anda bien, Simonovis cada día peor, los policías acusados de los hechos de Puente Llaguno doblemente condenados, exiliados graves en fase terminal, niegan la voluntad de diálogo y es criminal silenciarlo con la represión que nos acerca a una situación grave de consecuencias impredecibles, cerca de un barril de pólvora con mecha corta.

 

Con violencia no resucitarán los alimentos que escasean ni llegarán los dólares para revivir la economía de puertos, es esta una realidad cruel, inocultable que tiene al país dentro del síndrome del ciempiés, siempre en el mismo puesto. Ya las colas son turismo de aventura, procurando los alimentos de primera necesidad, sobreviviendo a la inseguridad que nos sume en una alta tasa de criminalidad.

Todo esto, Nicolás, obliga al diálogo. Venezuela no puede seguir en la oscuridad cuando existe la disposición para contribuir a mejorarle las mañanas, tardes y noches a nuestro pueblo. Por qué no orientar entre todos políticas públicas en materia económica dentro del consenso integrado, diversidad y pluralidad, con esto no sólo se produciría el reconocimiento del otro, también el mandato electoral sin complejos ni ambigüedades.

 

Es malo para el proyecto de paz continuar escondiendo el diálogo. Malo pretender aislarlo llevando énfasis hacia la confrontación que solo nos trae más confrontación.

 

Nuevamente, Nicolás, insistimos en la reunión de trabajo para tratar lo relacionado a los prisioneros y exiliados. El tiempo avanza y los padecimientos de enfermos cada día son más graves, tú conoces los casos. Aún es tiempo para finiquitar estos episodios de la vida nacional con acciones humanitarias, cristianas, llenas de valores que magnifiquen el encuentro de los venezolanos.

 

Hora útil, Nicolás, para desvestir la violencia, vistiendo el diálogo y la paz.

 

Edgar Zambrano
Diputado

 

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