El balotaje de las elecciones presidenciales de Ecuador del domingo se espera como una carrera ajustada que podría inclinar el país un poco más a la derecha tras una serie de victorias conservadoras o bien reforzar el “socialismo del siglo XXI” del presidente Rafael Correa.
Las encuestas pronostican una pugna ajustada entre Lenín Moreno, elegido por Correa como su sucesor, y el exbanquero conservador Guillermo Lasso. Correa pidió a los votantes que opten por el candidato que continuará su “Revolución Ciudadana” mientras que el aspirante de la oposición prometió una necesaria reforma en una economía nacional en problemas.
Los resultados de las elecciones en el pequeño país andino, con casi 16 millones de habitantes, serán seguidos de cerca por sus posibles implicaciones geopolíticas.
Ante la previsión de que la economía del país pierda este año un 2,7% por los bajos precios del petróleo y con la mayoría de la población mostrando su disposición al cambio tras 10 años de férreo gobierno de Correa, los analistas anticipan que los ecuatorianos respaldarán a Lasso y se unirán a la lista de países de la región que viran a la derecha.
Sin embargo, en las últimas semanas de la campaña Moreno se adelantó gracias a una agresiva campaña comandada por Correa para presentar a Lasso como un político adinerado y alejado de la realidad que se benefició de la crisis bancaria nacional de 1999.
Una encuesta del pasado 21 de marzo elaborada por Cedatos, que pronosticó con precisión el resultado de la primera vuelta, da a Moreno el 52% de los votos por primera vez desde el inicio de la segunda vuelta. Con todo, hasta el 16% de los electores todavía no decidieron su voto y las ventajas contempladas están dentro de los márgenes de error.
Las autoridades movilizarán a miles de agentes para reforzar la seguridad en los centros de votación de todo el país tras una polémica primera vuelta el pasado 19 de febrero. Entonces, Moreno se quedó a un paso del porcentaje requerido para evitar la segunda vuelta.
El recuento electoral se prolongó varios días antes del anuncio oficial de los resultados, lo que provocó acusaciones cruzadas de fraude y protestas que crearon un grado de volatilidad inusual en el resultado de los comicios.
Lasso presentó una agenda proempresarial que busca atraer inversión extranjera, reducir impuestos y generar más empleo. En los últimos días realizó comparaciones entre mantener un gobierno del estilo del de Correa y seguir la misma suerte que la socialista Venezuela.
Lasso se ha beneficiado de las acusaciones de corrupción relacionadas con sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht y del escándalo por un contrato de 12 millones de dólares de la estatal PetroEcuador pero, según los analistas, el aspirante no conecta con la clase baja.
Los resultados de las elecciones serán también determinantes para el futuro del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, que está recluido en la embajada de Ecuador en Londres. Lasso dijo que expulsará al activista australiano en los 30 primeros días de su presidencia mientras que Moreno señaló que le permitirá quedarse.
AP