La importancia de una noticia tiene que ver con muchos factores, pero sobre todo con lo que el hecho pueda afectar a las personas y su entorno; si la población sufre las consecuencias de manera directa, entonces es un asunto de primera página. Esa es la principal razón por la cual cuando un medio habla de que Venezuela salió de la hiperinflación quizás no tenga tantos lectores como si dice que la Canasta Alimentaria de diciembre de 2021 costó 370 dólares.
Sacar divisas de las reservas internacionales e inyectarlas a la banca para mantener estable el tipo de cambio. ¡Qué proeza! Ese fue el mayor logro del gobierno chavista en materia económica en 2021, y con ello lograron amarrar un poco la volatilidad de los precios y quedarse con una cifra inflacionaria de 686,4%. Bien alta, por cierto, pero con una gran diferencia si se compara con 2020. Y con esto se llenan la boca.
No se dan cuenta de que este “fenómeno”, ese gran logro, no lo percibe la mayoría porque los venezolanos no están pendientes de esas grandes cuentas, en especial porque se meten las manos a los bolsillos y salen vacías. Es por eso que si el Observatorio Venezolano de Finanzas asegura que la Canasta Alimentaria de diciembre costó 370 dólares, allí sí pegan el grito en el cielo, pues les duele, lo padecen.
Las cuentas se ponen más aterradoras cuando se constata que con el sueldo mínimo decretado en el país solo se puede adquirir 0,60% de esa canasta. El salario en Venezuela para la mayoría de los empleados es de 7 bolívares mensuales; si se habla del “integral”, llega a 10 bolívares, un poco más de 2 dólares. Solo por comparar, el de Colombia es de 244 dólares; el de Perú es de 233 dólares; el de Ecuador será este año de 425; el de Chile es de alrededor de 396 dólares. Y, además, hay que agregar que ninguno de estos países hermanos tienen esa tasa inflacionaria con la que se llenan la boca en Miraflores, así que es probable que les alcance el dinero para algo. No se puede decir que están en perfectas condiciones, pero se puede entonces entender por qué más de 6 millones de venezolanos huyen a esas otras naciones.
Ni siquiera se mencionan las pensiones y jubilaciones, porque los venezolanos de la tercera edad no se benefician de un subsidio de alimentación. ¿Tiene entonces sentido celebrar que el país haya dejado atrás el fenómeno hiperinflacionario cuando eso no se traduce en ningún beneficio para los más necesitados?
Lo que se evidencia una vez más es que al gobierno chavista poco le interesa el verdadero bienestar de la población, sino alcanzar titulares que los pongan como héroes, como que están haciendo algo, o peor, como si supieran lo que están haciendo.
Hay que seguir desmontando la mentira. Llegará un momento en el que no les interesará mantener más el tipo de cambio y la disparada del dólar será estratosférica. Las consecuencias las sufrirá, como siempre, el pueblo.
Editorial de El Nacional