La escalada de violencia entre supremacistas blancos y contra manifestantes, provocando tres muertos y decenas de heridos en Charlottesville ha provocado un nuevo frente para el presidente estadounidense tras sus ambiguas declaraciones sobre lo sucedido en el esta localidad del este de Virginia.
Poco después del anuncio del primer fallecido, el presidente Donald Trump hizo una declaración pública -aunque previamente ya se había pronunciado en Twitter- condenando esta exhibición indignante de odio, fanatismo y violencia procedente de ambos lados«.
Ateniéndose al guión escrito, Trump se refirió a que esto ha ocurrido «durante muchos años en nuestro país». No sólo durante su presidencia o la de Barack Obama, añadió, antes de subrayar que es «vital el rápido restablecimiento de la ley y el orden y la protección» de vidas en la localidad.
En su intervención de 10 minutos, tras un encuentro con el secretario de Asuntos para Veteranos, explicó que había hablado con el gobernador de Virginia. Ambos coincidieron en que «el odio y la división tienen que parar ahora mismo». También resaltaron que es hora de «unirnos como estadounidenses con amor a nuestra nación y verdadero afecto entre nosotros».
La vaga respuesta de Trump al atropello, atribuyendo la culpa a «muchas partes», le generó críticas tanto de los demócratas como de los republicanos.
«Fue terrorismo nacional»
«Señor presidente, tenemos que llamar al mal por su nombre. Fueron supremacistas blancos y fue terrorismo nacional«, tuiteó el senador republicano Cory Gardner.
«Es muy importante que la nación escuche a potus (el presidente estadounidense) describir lo ocurrido en Charlottesville como lo que es, un ataque terrorista de supremacistas blancos», afirmó el también senador republicano Marco Rubio.
«Las declaraciones del presidente sobre violencia ‘en muchas partes’ ignora la vergonzosa realidad actual del supremacismo blanco en nuestro país, y continúa con un patrón de complancencia en torno a esos actos de odio», lamentó por su parte la líder demócrata en la Cmámara de Representantes, Nancy Pelosi.
La reacción de Trump contrastó con la del gobernador de Virginia, fue contundente en su rechazo a los supremacistas blancos. «No son bienvenidos», dijo el demócrata McAuliffe en una conferencia de prensa. «Váyanse a su casa y llévense con ustedes su odio y sus prejuicios. No hay lugar para ustedes aquí, y no hay lugar para ustedes en Estados Unidos», expresó.
El alcalde de Charlottesville también se ha mostrado profundamente molesto con la ambigüedad de Trump: «Espero que se mire en el espejo y piense muy profundamente con quién se reunió durante su campaña«.
Antes de que el coche embistiera a los manifestantes, en Charlottesville ya se habían producido enfrentamientos que dejaron 15 heridos, en una jornada de caos y violencia desatada por el acto acto convocado por los ultraderechistas.
El atropello se produjo cuando quienes protestaban contra los supremacistas marchaban hacia el centro de la ciudad, después de que la policía ordenase a los ultraderechistas desalojar el parque y declarase ilegal su manifestación.
Klu Klux Klan, la derecha alternativa y otros
El acto, que se celebró bajo el lema «Unida la derecha», se convocó tras una resolución del ayuntamiento de quitar una estatua del general confederado Robert E. Lee, quien lideró a los estados del sur durante la guerra civil estadounidense (1861-1865).
Miembros del Klu Klux Klan, de la llamada derecha alternativa («alt-right», en inglés) y otros grupos extremistas participaron del acto. El Klu Klux Klan ya se había manifestado en julio en relación a la estatua de Lee. Recientemente, el ayuntamiento de Charlottesville votó a favor de retirar el monumento, con el argumento de que representa uno de los capítulos más oscuros de la historia del país, cuando la esclavitud era legal y el racismo, la norma.
Sin embargo, los defensores de la estatua dicen que quitarla es como arrancar un pedazo de historia, además de que según ellos solo representa a Lee en tanto individuo.
Además, dos agentes de policía murieron al estrellarse un helicóptero que vigilaba las protestas. El incidente, que está siendo investigado, ocurrió en una zona boscosa en el condado de Albermale, según publicó en Facebook la Policía de Virginia.
Elmundo.es