Nairobi, 15 jul (EFE).- Dos personas murieron en el este de Kenia, en el condado de Garissa, fronterizo con Somalia, por la explosión de una bomba cuando el vehículo en el que viajaban circuló sobre el artefacto, en una zona en la que opera el grupo yihadista somalí Al Shabab, según confirmaron las autoridades.
Los hechos se produjeron durante la noche del domingo al lunes en la zona de Ijara y las víctimas eran dos hombres llamados Mohamed Shabel Bashir y Abdikadir Muhumed Salat.
“Este acto de violencia sin sentido es un doloroso recordatorio de las amenazas persistentes que enfrentan nuestras comunidades y subraya la urgente necesidad de proteger las vidas de nuestros ciudadanos”, dijo el diputado keniano por la circunscipción de Ijara, Abdi Ali Abdi, en su cuenta de la red social X, según recogen este martes medios locales.
“Insto a nuestras agencias de seguridad nacionales y regionales a actuar con rapidez y decisión para identificar y llevar ante la justicia a los responsables”, añadió el parlamentario.
Por su lado, Dubat Mohamed, vicecomisionado del subcondado de Bodhai, a donde se dirigían las víctimas, afirmó: «Sospechamos que los atacantes tenían como objetivo a nuestro personal de seguridad, que realiza regularmente operaciones de vigilancia a lo largo de esta carretera».
De acuerdo con la prensa keniana, la Policía está investigando los hechos para determinar el origen del artefacto explosivo y los motivos del ataque.
Este incidente ocurrió dos meses después de la muerte de cinco policías en mayo pasado en el condado costero de Lamu, también fronterizo con Somalia, durante una emboscada en el bosque de Boni, un refugio habitual de los terroristas de Al Shabab.
En octubre de 2011, el Ejército de Kenia invadió Somalia tras varios secuestros atribuidos a este grupo yihadista en su territorio y, en febrero de 2012, se incorporó a las fuerzas de la Unión Africana que combaten a los terroristas junto al Ejército somalí.
Desde entonces, Al Shabab, afiliado a la red terrorista Al Qaeda desde 2012, ha cometido numerosos ataques en Kenia.
El grupo controla zonas rurales del centro y el sur de Somalia y atenta a menudo en la capital somalí, Mogadiscio, y otros lugares del país para derrocar al Gobierno central -respaldado por la comunidad internacional- e instaurar por la fuerza un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra. EFE
