Quedará para los estudiosos de las ciencias políticas redefinir los conceptos de soberanía, límites y fronteras para el chavismo madurismo, porque obviamente no tiene nada que ver con lo que se entiende tradicionalmente. Prueba de lo que decimos no es solamente la presencia cubana en todas las instancias de poder, sino cómo se ha desdibujado el mapa de Venezuela, con una línea que se abre y se cierra de acuerdo con los intereses de los grupos subversivos y delincuentes que operan con la anuencia de los mandamases de Miraflores.
Por lo menos el gobierno de Colombia respeta las líneas establecidas que separan su territorio del venezolano. Es por eso que con toda propiedad el ministro de la Defensa, Diego Molano, asegura que el enfrentamiento entre los frentes 10 y 28 de las FARC, la Nueva Marquetalia y el ELN que ya registra más de 20 muertos, comenzó en La Victoria, estado Apure. Y entre esos fallecidos hay 4 venezolanos.
Esta pelea es por el control de las rentas criminales producto del contrabando y del narcotráfico. Cada quien quiere quitarle territorio al otro grupo y la manera como lo hacen es asesinándose entre sí. Con eso, además, aterrorizan a la población y la tienen a su merced, aquí y al otro lado del Arauca.
Eso es allí, justo en la frontera. Pero también hacia el oriente del país, en el estado Monagas, una zona para muchos lejana del territorio colombiano. Y esto prueba que esa línea, esos límites, esa frontera que define el territorio venezolano no existe, pues los grupos guerrilleros han avanzado como si se tratara de su casa. Y dice Molano que con anuencia del gobierno chavista de Venezuela. En Barrancas del Orinoco también se disputan el territorio los miembros del ELN con un grupo de “criollos” que se identifica como “el Sindicato”. De este lado se suma, además, la minería ilegal a los negocios.
El Ejército colombiano tiene claro el objetivo de que todo el que actúe fuera de la ley debe ser capturado y juzgado, pero respetan la soberanía venezolana y solo piden que lo mismo se haga de este lado. Sin embargo, eso no sucede, por más que el ministro de la Defensa de Maduro diga que Molano es un mentiroso.
¿Cuál es la soberanía que defiende el Ejército de Venezuela? ¿Qué fronteras defiende? ¿Les garantiza seguridad a los venezolanos que viven en estos pueblos y caseríos o los dejan a merced de los subversivos? Esas son las preguntas que debe responder el ministro Padrino López, en vez de estar escribiendo por las redes sociales.
Entre la balacera en el Arauca y la de Barrancas del Orinoco lo que se evidencia es que el país está a merced de los grupos delictivos amigos del gobierno chavista.
Editorial de El Nacional