¿Dónde está Cristina? Los twiteros entusiastas se hacen la pregunta en la red, los empresarios se reúnen en Punta del Este, el balneario uruguayo más chic de Sudamérica y buscan respuestas a la incógnita entre ellos. La gente, sofocada por las altas temperaturas del verano austral, tampoco parece olvidar a su presidenta cuando va a hacer la compra y descubre que la inflación (cercana al 30%) sigue ensañada con el sector de la alimentación.
El misterio del día a día de la presidenta de Argentina y su retiro de la escena pública por más de un mes es «trending topic» en las reuniones. Alertado el Gobierno de los efectos negativos provocados por la «invisibilidad» de Fernández, la pagina web de Presidencia incluyó sus audiencias de este mes. Apenas tres días de recepciones en su residencia privada y una sóla en la Casa Rosada, sede del Ejecutivo, con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, forman su agenda hasta el lunes.
Las prisas para ofrecer una imagen de presidenta al frente del timón, llevaron al equipo de comunicación, a principios de semana, a olvidar colocar la hora en la que las mencionadas reuniones se celebraron.
Los rumores –de todo tipo- provocaron que esta semana la agencia oficial Telam anunciara que la Presidenta recibiría el martes (mañana) por la mañana, de nuevo a Oscar Parrilli, en la residencia privada de Olivos, en la periferia de la ciudad de Buenos Aires, donde pareciera que la Jefa de Estado encuentra refugio.
La excepción a sus salidas se produjo el viernes pasado. Fernández acudió a visitar a su madre, Ofelia Wilhelm, después de que ésta tuviera que someterse a una intervención ginecológica (extirpación del útero) en el Sanatorio Otamendi, el mismo donde la presidenta se realizó buena parte de los exámenes que determinaron que tenía localizado un coágulo de sangre en el cráneo en octubre pasado. También en esa clínica nació el pasado año su único nieto, Néstor Iván, hijo de Máximo Kirchner.
En el Otamendi Fernández tuvo una reunión relámpago –una hora- con el ministro de Economía, Axel Kicillof , que viajó el lunes a Francia para renegociar la deuda de Argentina con el Club de París (más de nueve mil millones de dólares). Salvo este episodio -y las mencionadas audiencias- poco se sabe de a qué dedica el tiempo la jefa del Estado. No obstante, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, insiste en que “está gobernando con plena y absoluta dedicación”. Pero, la ”normalidad”, cuando antes aparecía casi una media de dos veces al día, no es tal.
La presidenta, tras su descanso navideño en su residencia del Calafate, “mi cable a tierra”, como suele comentar para referirse al enclave próximo al glaciar Perito Moreno, prácticamente no se ha movido de Olivos donde los modernos equipos de aire acondicionado la mantiene fresca y lejos de las altas temperaturas (con sensación térmica en ocasiones superior a los 40 grados). Ella misma reconoció, en un encuentro con ABC hace varios años, que tolera mal el calor. Prefiere los climas y los países fríos pero, en enero, en Argentina, esto es lo que hay.
Fuente ABC