Donald Trump y Hillary Clinton vuelven a verse las caras esta noche, en el segundo debate de cara a las presidenciales de noviembre. Para Trump, no puede llegar en peor momento. La publicación de un vídeo de 2005 en el que el candidato republicano realiza comentarios machistas y obscenos ha hecho temblar sus bases de apoyo, con diversos miembros del partido retirándole su apoyo o criticándolo abiertamente.
El primero en hacerlo fue Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes. Le siguió su propio candidato a la Vicepresidencia de la Casa Blanca, Mike Pence. “Como marido y padre, me sentí ofendido”, dijo su mano derecha. De ahí en más, diversos senadores, con John McCain a la cabeza, han reprochado a Trump. Incluso su mujer, Melania Trump, ha denunciado sus palabras, si bien mantiene su confianza en él.
El magnate, impasible, ya ha anunciado que no piensa renunciar a la carrera presidencial. El enésimo escándalo quedará en eso, en uno más, al menos para él. Pero cabe esperar a que se cuantifique el impacto que tiene entre los votantes su metedura de pata.
Un debate más clave todavía
Tras salir derrotado del primer debate, en el que se mostró menos feroz de lo esperado, Trump encara el segundo con la necesidad de acortar diferencias con Clinton, que domina las encuestas a un mes de las elecciones. Si ya encaraba el debate como crucial para su devenir hace una semana, la filtración del Washington Post ha elevado la apuesta: será a vida o muerte.
Los contendientes se enfrentarán en el segundo debate, que durará noventa minutos y será moderado por Martha Raddatz, del canal por cable ABC y Anderson Cooper, de la CNN.
La mitad de las preguntas serán de la audiencia y la otra mitad de los moderadores. Para cada pregunta cada candidato tendrá dos minutos, y luego los moderadores tendrán otro minuto para preguntar sobre sus respuestas y avanzar en la discusión.
Las armas, aspecto central
Además de las preguntas de la audiencia, presente en el debate, los moderadores escogerán preguntas de entre las 30 más votadas de la página web que han activado para este segundo debate y que los votantes pueden formular por internet. Por ahora, la pregunta más votada tiene que ver con la restricción a la compra de armas si hay antecedentes penales y la segunda más votada es sobre la segunda enmienda de la carta magna de Estados Unidos, que autoriza la posesión de armas.
Los tiroteos masivos, un mal endémico en Estados Unidos, han puesto esta cuestión sobre la mesa varias veces en los últimos años. Obama siempre ha querido regular la venta de armas, pero no ha contado con los apoyos suficientes y la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) tienen partidarios en las dos bancadas de cada cámara del Capitolio. La tercera pregunta más votada tiene que ver con los impuestos y grabar a los más ricos para garantizar el sistema de la seguridad social.
Los candidatos del Partido Libertario y de los verdes, Gary Johnson y Jill Stein no participan al no tener el 15% mínimo en la encuesta de Gallup que la comisión de debates usa como referencia.
Donald Trump se ha propuesto centrarse en las cuestiones políticas y no en los ataques en este segundo debate, según el The Washington Post .
La Vanguardia
