Tras la polémica con el soldado musulmán de EE.UU. que murió en Iraq en 2004, no apoyar a Paul Ryan y John McCain para que renueven sus puestos en un primer momento y ofender a las mujeres una vez más al decir que si una mujer es acosada en el trabajo debe olvidarse de ello e irse a otro sitio,Donald Trump ha acabado atacando a su rival, Hillary Clinton. Es lo que le pedían desde el Partido Republicano, que ha estado en tensión con su nominado estos días y varios de sus altos cargos han censurado sus intervenciones.
El magnate inmobiliario ha asegurado que el único mérito de ella es escaparse de los problemas y que puede sufrir un cortocircuito en cualquier momento, haciendo alusión a unas declaraciones de la candidata de hace unos días.
El Partido Republicano ha llegado a plantearse cómo elegir un nuevo candidato si Trump renunciara, algo que parece que no se plantea en ningún caso, aunque en las encuestas se haya hundido.
La Vanguardia