Skerrit hizo hincapié en la necesidad de «diálogo y diplomacia» para hacer frente a la situación, dado que «habría un impacto en todos los países» de la región si se produjera una guerra en el Caribe.
A su juicio, Dominica está en una buena posición para prestar ese servicio porque su país y el Caribe tienen «excelente colaboración» con Washington en la lucha contra las actividades ilícitas en la región.
«Estados Unidos ha sido el socio número uno de Dominica y sigue siéndolo, incluso hoy en día, en términos de inversión en Dominica para la seguridad nacional», afirmó Skerrit, agregando que los estadounidenses financian proyectos de diversa índole en su territorio.
«En lo que respecta a la lucha contra la delincuencia y demás, Estados Unidos es nuestro socio. Siempre defendemos que el Caribe debe ser una zona de paz y que cualquier idea de acciones militares en el Caribe debe reconsiderarse. Creemos que el diálogo y los canales diplomáticos son mejores formas de resolver problemas», sentenció el primer ministro de Dominica.
El Gobierno estadounidense, que no reconoce la legitimidad de Maduro en Venezuela y lo acusa de liderar el Cartel de los Soles -un presunto grupo vinculado al narcotráfico-, ha desplegado desde mediados de año una presencia militar en el Caribe bajo el argumento de combatir el tráfico de drogas en la zona, hecho que el líder chavista interpreta como un intento para sacarlo del poder.
Venezuela lleva meses en permanente movilización militar en todo su territorio en respuesta a lo que denuncia como una «amenaza» de invasión de EE.UU., en referencia al despliegue aeronaval más grande de la historia del país norteamericano desde la primera Guerra del Golfo Pérsico (1990-1991), según un estudio de expertos del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).