La periodista afirma que a pesar de los controles el gobierno venezolano sobre la prensa no se puede ocultar el descontento popular
Para la periodista y profesora universitaria venezolana Marta Colomina, «la hegemonía comunicacional que ha instaurado el Gobierno chavista, encabezado por Nicolás Maduro, es una realidad. La periodista renunció hace dos semanas a la columna que mantenía desde hace 19 años en el diario El Universal, en solidaridad con otros columnistas que fueron censurados en ese medio.
La comunicadora, afirma que tras la venta del diario El Universal, supuso que vendría un cambio en su línea editorial, «Después de ver lo que ocurrió en Globovisión o en Últimas Noticias, uno percibe lo que puede ocurrir.
Mucha gente me preguntó si seguiría escribiendo y dije que mantendría hasta que no hubiesen cambios sustanciales ni despidos, no obstante, tras la censura a tantos columnistas como por ejemplo, Carlos Blanco, decidí renunciar», dijo.
Colomina confesó que siente dolor por el futuro de los colegas que se mantienen en El Universal, «me preocupa mucho porque después de la censura de opinión, vienen la censura a la información.
La situación en los medios venezolanos es crítica, en los impresos la crisis por conseguir el papel para imprimir, y los audiovisuales sobreviven con la amenaza de cierre y sin publicidad porque en el país nada se está produciendo, qué pueden anunciar.», comentó.
Ante el cierre de espacios tradicionales, las redes sociales se han convertido en un aliado para Marta Colomina, en su cuenta en twitter la siguen más de 650.000 personas, «Las redes sociales se han revitalizado porque la gente hace catarsis a través de ellas, lo ideal sería hacerlo a través de la movilización en la calle y la protesta activa o para estimular, por ejemplo, el voto para que en los procesos electorales no haya una abstención tan alta, a pesar de los obstáculos que indudablemente hay en el sistema electoral», apuntó.
«Para mí la experiencia en twitter ha sido maravillosa porque puedo tener contacto con tanta gente, confieso que aún me cuesta tener que escribir en sólo 140 caracteres, pero he tenido un profesor muy bueno», agregó Tras su renuncia de El Universal, las propuestas para que retome su columna de opinión en otros medios no han cesado, entre tantos ofrecimientos, la comunicadora anunció que el próximo 24 de agosto comenzará a escribir para la sección de opinión de la página web del diario El Nacional, «ese es el reto que tenemos los periodistas críticos, meternos por cualquier espacio.
Agradezco a El Nacional esta oportunidad y quise hacerlo para la página web porque sé la crisis que hay para conseguir el papel», dijo. Venezuela presente y futuro Colomina describe como «crítica» la situación que vive en Venezuela, similar a la que vive Cuba, «Venezuela está arruinada por lo los millones de dólares que ha dilapidado el Gobierno, con una crisis económica y social inocultable, escasez de alimentos y medicinas, muy parecido a lo que viven los cubanos», precisó.
«Hay una ceguera en el mundo para proteger sus intereses en Venezuela, no obstante, hay acciones importantes que hay que agradecer como la emprendida por senadores estadounidenses que están empeñados y apasionados por defender los derechos humanos que se violan constantemente en el país», comentó.
La comunicadora expresó que el reto de la oposición es consolidar la unidad para consolidar un cambio en el país sudamericano, «El deber de la oposición es unificarse, erradicar individualidades y egos para promover iniciativas democráticas y generar el cambio. El ego le ha hecho mucho daño a la oposición», indicó.
Colomina resaltó el trabajo del movimiento estudiantil y de otros dirigentes opositores, «hay propuestas interesantes como la que está haciendo Maria Corina Machado del parlamento ciudadano, de esa iniciativa pueden surgir cosas positivas porque es la organización política de los que no son políticos, visitando urbanizaciones, universidades y sectores populares barrios».
Aunque Marta Colomina, nació en Cataluña, España, siente que su compromiso es seguir trabajando por Venezuela, «Mis hijas y nietos viven en España, yo sólo voy de visita porque no me siento española, yo le debo lo que soy, mis estudios, mis trabajos, todo a Venezuela, donde además he conocido gente maravillosa», dijo.
«Yo tengo unos nexos con Venezuela muy fuertes, mi esposo era un venezolano, mis padres están enterrados en Venezuela, y no quisiera repetir el ciclo de mis padres que salieron huyendo con una maletica de la guerra civil española, un proceso muy duro para ellos.
Aún en las circunstancias más difíciles del país yo no me resigno. No puedo porque uno tiene que dar el máximo de lo que puede independientemente que no se observen resultados positivos a corto plazo. Además mantengo la esperanza de morir en una mecedora, leyendo un libro, frente al cerro El Ávila», finalizó.
Fuente: Diario Las Américas
Por: Orian Brito
obrito@diariolasamericas.com
@OrianTw
