Ayudando a construir comunidad en los sectores populares de Venezuela
*Empresarios colaboran en el desarrollo de los proyectos comunitarios
*Ofrecen programas especiales para la capacitación de jóvenes
*Educación, salud y deporte tienen respaldo empresarial
Hace 50 años un grupo de empresarios encabezados por Gustavo Vollmer y Eugenio Mendoza, entre otros, realizaron un llamado a los empresarios venezolanos para que se analizara las actividades de responsabilidad social que se estaban desarrollando y cuál era el impacto en el desarrollo del país.
Este encuentro se realizó en febrero del año 1963, en la ciudad de Maracay, estado Aragua, en donde un grupo importante de empresarios, fueron parte del Primer Seminario Internacional de Ejecutivos, evento organizado por la Fundación Creole, junto a la Asociación Venezolana de Ejecutivos y la Fundación Eugenio Mendoza, en donde Gustavo Vollmer exhortó a los asistentes a enfocar sus inversiones en la educación y la formación de profesores a nivel técnico, con la meta de aumentar la cantidad de centros educativos e incentivar vocación.
En este mismo encuentro, Eugenio Mendoza, presentó la idea de crear un fondo, que permitiera unir los recursos de las empresas y canalizar los fondos en lo que catalogó la Alianza para el Progreso, para contribuir con el país.
Un año más tarde, un grupo de 130 empresarios decidieron crear el Dividendo Voluntario por la Comunidad, (DVC) con el firme propósito de impulsar una mayor compenetración entre las empresas y la comunidad, conociendo y analizando los problemas que afectan a los vecinos, para ayudarlos a resolver.
UN TRABAJO EXITOSO
Ramón Sosa, actual presidente del DVC, señaló en una entrevista concedida a El Periodiquito, que esta labor que comenzó hace 50 años, en la ciudad de Maracay, hoy en día se ha expandido por toda Venezuela y ha ofrecido excelentes resultados.
“Estas han sido cinco décadas de trabajo ininterrumpido, en donde se han conjugado el esfuerzo empresarial y la iniciativa de muchas personas, no sólo en el aporte económico, sino también en la orientación pertinente, en el acompañamiento de todas aquellas comunidades que han buscado nuestro apoyo para el desarrollo de sus programas sociales”, dijo Sosa.
Indicó que han concentrado sus esfuerzos especialmente en el apoyo a las organizaciones que manejan programas para impulsar el desarrollo social, a través de proyectos educativos y servicios sociales, que han servido para solventar muchos problemas que afectan a las comunidades en todas las regiones del país.
“Cada vez que apoyamos un proyecto, buscamos canalizar los recursos para aquellas ideas que ofrezcan la creación de oportunidades de desarrollo, tanto personal como grupal, comunitario, ejemplo de esto es nuestra alianza con el movimiento Educativo Fe y Alegría, que ha realizado una excelente labor, especialmente en los sectores populares, en aquellos sitios en donde más se necesita ayuda”, explicó Sosa.
Indicó el presidente del Dividendo Voluntario para la Comunidad, que los empresarios consideran el área educativa un pilar fundamental, para el entendimiento entre los venezolanos, que definitivamente tienen que utilizar el diálogo para solventar sus diferencias.
JUVENTUD DIVINO TESORO
El apoyo a los programas destinados a los jóvenes también ha sido una pieza fundamental para el DVC, dando énfasis en los planes de formación, educación, deportivos, la inserción laboral en el sector formal, hecho que contribuye con el desarrollo económico de la comunidad de manera sustentable.
“Igualmente desarrollamos un proyecto destinado a la atención de la primera infancia que involucra a niños entre 6 meses y seis años de edad, en donde ofrecemos apoyo a las comunidades y centros educativos para la orientación en el área de la alimentación, ya que en este período de vida depende el desarrollo total del ser humano. Este proyecto lo estamos llevando a cabo entre otros sectores, en la comunidad de La Pradera, ubicada en la parroquia La Vega, del municipio Libertador, Caracas, con el apoyo de docentes y estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello, en donde hemos logrado involucrar a los maestros, padres y representantes, así como a los líderes comunitarios, quienes desean un mejor futuro para sus niños”, dijo Sosa.
Construyendo Comunidad, es otro de los programas sociales que apoya el DVC, el cual trabajan de manera mancomunada de los líderes comunitarios, apoyando los programas que presentan los vecinos, no solo con dinero, sino también con la orientación en el área técnica, legal y por supuesto social. “En la comunidad de La Morán, ubicada en la parroquia El Paraíso, del municipio Libertador, en Caracas, se desarrolla una de las experiencias más exitosas de este programa, allí se han llevado a cabo la construcción de cominerías y escaleras, pero lo más importantes es que se ha motivado a la comunidad a participar en talleres para mejorar la convivencia ciudadana”.
LA CLAVE DEL ÉXITO
Señala Ramón Sosa, que durante estos 50 años de fructífera labor, el secreto del éxito en el Dividendo Voluntario para la Comunidad, es los procesos de reinventarse, de que las empresas puedan adaptarse a las nuevas situaciones y realidades del país, en donde “es necesario reconocernos como ciudadanos, buscar los puntos que nos unen y que nos ponen de acuerdo, impulsar los valores y la convivencia”.
Así mismo, las acciones que se desarrollan en DVC, que se iniciaron por la iniciativa de los empresarios, ahora también la comparten los empleados de las empresas, quienes contribuyen tanto de forma
UNA VISIÓN CENTENARIA
Desde sus inicios el DVC se ha propuesto integrar esfuerzos de la iniciativa privada y agregar valor a los procesos de responsabilidad social de las empresas, en alianza con las Organizaciones de Desarrollo Social (ODS), autoridades, empresas y ciudadanos, con el fin de desarrollar acciones que mejoren la calidad de vida de las comunidades.
Para mayor información pueden ingresar a la página web dividendovoluntario.org y el grupo en Facebook: Dividendo Voluntario para la comunidad.
Fuente: El Periodiquito
