Las divergencias en el seno del chavismo que empezaron a aflorar públicamente tras la destitución de Jorge Giordani como ministro de Planificación económica no han hecho más que empezar y reflejan la «nueva realidad» política de Venezuela, estimaron el lunes en México dirigentes opositores venezolanos.
El fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) tenía «un control absoluto sobre el sector chavista tanto civil como militar y sus decisiones ni en política económica ni en política social eran discutidas, pero (el presidente Nicolás) Maduro no ejerce el mismo liderazgo», dijo a la AFP el diputado opositor y secretario general del histórico partido Acción Democrática (AD) Henry Ramos Allup.
De visita en México para participar en el Consejo de la Internacional Socialista, Ramos Allup dio «por supuesto que pueden ir creciendo (estas divergencias) en la medida en que Maduro tome medidas para rectificar algo que diverja del modelo original de Chávez», como modificar el férreo control de cambio vigente desde 2003.
Buscando flexibilizar el modelo económico en medio de una inflación superior al 60%, Maduro relevó hace dos semanas a Giordani, un maestro ideológico de Chávez y quien ocupó varios puestos estratégicos en su gobierno. Giordani fue el artífice del control cambiario y las políticas expropiadoras.
Tras su salida, el anciano intelectual arremetió contra Maduro en una misiva en la que lo acusó de carecer de «liderazgo», de generar una sensación de «vacío de poder» y de ceder a las presiones del sector privado.
Pidiendo lealtad a sus filas, el presidente respondió duramente a Giordani y a un puñado de chavistas que lo han apoyado, entre ellos el exministro de Educación Héctor Navarro, y se refirió a ellos como «izquierda trasnochada».
«El oficialismo está en pleno proceso de divergencia, de dificultades y está aprendiendo a tener que convivir en lo que coloquialmente los venezolanos llamamos un saco de gatos», manifestó, de su lado, a la AFP Felipe Mujica, secretario general del también histórico Movimiento al Socialismo (MAS, izquierda moderada, exaliado del chavismo).
Para el político, la inconformidad de esa «‘izquierda trasnochada’ es apenas una expresión de las tantas que disienten adentro del oficialismo» y se empieza a impulsar «una nueva realidad, otra correlación de fuerzas» en el país.
«El proceso chileno acabó encontrándose en el plebiscito con una parte del pinochetismo con la Concertación y eso fue lo que permitió la salida allá», recordó.