El mandatario francés lamentó que «no se haya logrado un consenso» en torno a la legislación y que escuchó la «ira» de la sociedad
Masivas protestas se produjeron este lunes en Francia mientras el presidente Emmanuel Macron realizaba su primer discurso tras la promulgación de la polémica ley de reforma de pensiones el pasado sábado.
Los manifestantes levantaron y quemaron barricadas, mientras que la Policía lanzó gases lacrimógenos para dispersarlos.
De acuerdo a medios locales, centenares de manifestantes se reunieron en las calles de París, Rennes, Burdeos, Lyon y otras ciudades para expresar su descontento ante la situación. En la capital francesa se congregaron con cacerolas alrededor de 2.000 personas en tres marchas. Hasta el momento se realizaron al menos 11 detenciones.
Mientras tanto, en la localidad de Angers se reportaron enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden, así como daños materiales en varios inmuebles. La Policía dispersó a la multitud con gases lacrimógenos.
En esa línea, un grupo de personas en Lyon inició un incendio frente al edificio de la Policía municipal y en Burdeos frente a una sucursal bancaria. Por su parte, varios manifestantes en Marsella exigieron la renuncia del mandatario.
«Cambios necesarios»
Durante su discurso, Macron lamentó que «no se haya logrado un consenso» en torno a la legislación. «¿Se acepta esta reforma? Evidentemente no», reconoció, al mismo tiempo que afirmó que «estos cambios eran necesarios y constituyen un esfuerzo».
Asimismo, aseguró que escuchó la «ira» de la sociedad tras la movilización de millones de franceses que marcharon contra la reforma. «Nadie, y menos yo, puede permanecer sordo a esta reivindicación de justicia social y de renovación de nuestra vida democrática», destacó. Asimismo, Macron anunció que la polémica enmienda entrará en vigor en septiembre.
El mandatario promulgó la ley luego de que el Consejo Constitucional la aprobara el viernes. La reforma impulsada por Macron eleva la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. El plan de las autoridades consiste en empezar a aumentar la edad de jubilación en tres meses al año a partir del 1 de septiembre de 2023, hasta alcanzar los 64 años de edad en 2030.
El Gobierno francés aprobó la iniciativa el mes pasado haciendo uso del artículo 49.3 de la Constitución, es decir, sin pasar por la votación de la Asamblea Nacional. «Entre todos ustedes, no soy yo quien arriesga su lugar o su puesto. Pero considero que, tal como están las cosas, los riesgos financieros y económicos son demasiado grandes. Por lo tanto, los autorizo a utilizar el 49.3», declaró en aquel entonces el mandatario.
EU