La ex jefe de Estado de Brasil Dilma Rousseff, destituida la semana pasada, abandonó la residencia oficial de la Presidencia en Brasilia y fue a Porto Alegre, donde tiene su domicilio particular y fue recibida con manifestaciones de apoyo
Rousseff se trasladó en un avión de la Fuerza Aérea, informó el diario O Globo. La mudanza, cuyos costos asume el Estado, empezó el lunes. Los objetos grandes, como su biblioteca, y algunos muebles serán transportados en 4 camiones. Cada vehículo cuesta cerca de 15.000 reales.
El diario reseñó que los objetos fueron catalogados para evitar cuestionamientos del gobierno entrante, encabezado por Michel Temer, quien abrió una investigación para determinar el origen de cada objeto.
Los medios registraron imágenes de varios camiones sacando las pertenencias de la ex mandataria de la Alvorada, casi cuatro meses después de haberse mudado también de la sede oficial de la Presidencia, el Palacio de Planalto, cuando fue suspendida por la Cámara Alta mientras se confirmaba la acusación.
«Estoy muy triste, muy triste. Siento que el país va a quedar un poco huérfano», expresó Cecilia Monteiro, jubilada de 56 años de edad.
Rousseff pierde su mandato después de un turbulento proceso que se llevó nueve meses. Fue condenada por haber violado la Constitución al autorizar gastos de espaldas al Congreso y maquillar las cuentas públicas. Agobiada por una crisis económica, desconectada del Parlamento y con su gobierno afectado por acusaciones de corrupción, Rousseff tambaleó desde el comienzo de su segundo mandato en 2015 y cayó cuando aún le quedaban dos años y cuatro meses de gestión. La primera mujer en presidir Brasil deja cinco años en la jefatura del Estado como heredera de Luiz Inácio Lula da Silva. «Sale con la cabeza erguida, tal como luchó durante todo este proceso y durante toda su vida», dijo el senador del Partido de los Trabajadores Lindbergh Farias.
Fuente: Nacional
