Dos almirantes retirados mostraron opiniones contrarias sobre la supuesta grabación de Mario Silva hablando con un representante del G-2 cubano. Mientras que Luis Cabrera Aguirre, un exjefe del golpe de Estado de 1992, piensa que no hay posibilidad de traición a la patria; Iván Carratú Molina, jefe de la Casa Militar para 1992, considera que sí la hubo.
Cabrera explica que Silva no ejerce ningún puesto en la administración pública en este momento, por lo que sus comentarios «son simples opiniones». Agrega que la situación sería diferente si ocupara un cargo y hubiese sido encontrado hablando sobre sus funciones con un oficial extranjero.
En vista de esto, indica que Silva sólo puede ser acusado por las personas a las cuales se refirió, «que son libres de abrir cualquier procedimiento legal que quieran si consideran que su dignidad se vio lesionada».
Carratú Molina, sin embargo, destaca que la condición de civil ajeno al Gobierno de Silva no lo exonera de cometer el delito de traición a la patria. Indica que cualquier persona que actúa contra el Estado o funcionarios del Gobierno ante una fuerza extranjera está cometiendo un «acto de traición».
Carrutú comenta que Cabello es el segundo funcionario con mayor poder político y las acusaciones lo podrían estar perjudicando. Alerta que la grabación revela el grado de «dependencia» de muchas figuras chavistas con respecto a las autoridades cubanas.
Fuente: ÚN