Diez minutos para enamorarse

Diez minutos para enamorarse

Las mujeres demoran 90 segundos en formarse una primera impresión y son capaces de ver el entorno. Los hombres demoran más.

Mujer y hombre se sientan frente a frente. Cada uno dispone de un cuaderno, de un lápiz y de diez minutos para cautivar y dejarse cautivar.

Así son los speed dating, fórmula para encuentros personales que los coach de pareja apoyan por sus múltiples ventajas. Necesitan un moderador, que suele ser el coach, quien vigila que cada diez minutos se roten las parejas y que, al finalizar el encuentro, concilie las impresiones anotadas en los cuadernos. Si dos personas sienten atracción mutua, les suministra los contactos y si ambos sienten que, aunque no lleguen a ser pareja, sí podrían ser amigos, es la mujer quien recibe las señas del hombre.

Según explica Lorenzo Campins, Master Life Coach y autor del libro Se busca pareja (@1coaching), en Venezuela está ocurriendo un fenómeno similar al de Estados Unidos: las personas sin pareja están limitando sus relaciones sociales al entorno laboral.

Esta escasa socialización de la vida moderna es terreno fértil para la búsqueda de posibles parejas a través de Internet. Es un fenómeno que se intensifica con la adultez. «Los jóvenes salen con cualquiera y tienen mil grupos para todo… A medida que se crece y sobre todo al casarse, las personas se sumergen en una especie de burbuja y se relacionan sólo con similares. El problema es que si se separan se convierten en factor de distorsión de la burbuja».

En Venezuela existen varias páginas de contactos que, según Campins, al ofrecer la posibilidad de un encuentro real en Caracas, no promueven el anonimato total que facilita los engaños. Sin embargo, están fortaleciéndose los encuentros tipos speed dating debido a que reducen la angustia de los primeros encuentros y facilitan los contactos y, también, los rechazos en un ambiente controlado.

La primera impresión

Lo que está claro es que la primera impresión es lo que cuenta. «Eso que siempre dicen, sé tú mismo, es el gran camino al fracaso», sentencia Campins. En principio hay que generar atracción en el sexo opuesto. Todas las otras cosas no tan atractivas, se dicen después, a medida que la relación avanza.

Sólo se tiene una oportunidad de causar una buena primera impresión y el lenguaje corporal es determinante para conseguirla.

«Las mujeres se forman la primera impresión en 90 segundos. Los hombres demoran más. Ellas tienen la capacidad de ver todo el entorno. Aunque no sea tan buenmozo, se fijan si habla bien, si tiene los zapatos limpios, si son inteligentes… Los hombres son más básicos y se fijan sólo en lo externo», comenta el coach.

Si un hombre le cuenta a su mejor amigo sobre un encuentro con una chica, lo primero que preguntará ese amigo es «¿Está buena?». En cambio, la mejor amiga de la mujer preguntará «¿Qué hace?», lo que se remonta a las épocas primitivas, cuando la mujer buscaba relacionarse con hombres de alto valor para la tribu.

Aquello de «buscar a un hombre que haga reír» es otro mito. Según Campins, «a los payasos no suele irles bien». Como coach, lo que Campins ha escuchado decir a las mujeres con más frecuencia es que el rasgo de personalidad más deseable en un hombre es que «sea seguro». Para los hombres, es la apariencia física.

Sin embargo, la mujer debe tener cuidado sobre cómo se expone en ese primer encuentro. «Debe equilibrar el mensaje, porque si se muestran mucho, los hombres las verán sólo como un objeto físico y ellos sí son capaces de discernir que eso sólo durará un rato», explica. La clave, comenta, es «sazonar esa imagen física, que sí debe ser atractiva, con inteligencia, carisma y misterio». / IPP

Fuente: Eluniversal

 

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