Di Vinos en gotas es una propuesta para compartir aprendizajes, sobre el complejo mundo del vino y en estos momentos con mayor razón, para cambiar el tema que nos tiene a todos absortos: el Covit19.
Historia del Vino
Hablar de vinos nos lleva a los orígenes de la humanidad; se han encontrado indicios que señalan el origen de la primera cosecha de vino en Súmer, en tierras regadas por el Tigris y el Eúfrates en la antigua Mesopotamia. Desde Súmer llegó a Egipto, (3.000 a.C.) y en el 700 a.C. llega a la Grecia clásica, desde donde pasa al Imperio Romano y luego a la Galia (Francia) y de allí a Alemania, Italia y España, entre otros países europeos.
Hay otra versión que nos remonta al Cáucaso (hoy Georgia) y al Asia Menor (hoy Turquía), desde donde viajó hacia el Mediterráneo (Grecia), de allí a Roma desde donde se expande a toda Europa.
Durante la Edad Media, las tierras pasan a ser propiedad de la Iglesia y los reyes, quedando la elaboración del vino circunscrita a monasterios y castillos. En este periodo se utilizan las barricas de madera para almacenar el vino, y para protegerlo de los saqueos, se guardaba en los sótanos de monasterios y castillos.
En la Península Ibérica, a medida que los Reyes Católicos iban reconquistando territorio a los musulmanes, se replantaban vides, plantándose en el Camino de Santiago, en las zonas de Rioja y Ribera del Duero. A partir del siglo XII comienzan a plantarse viñedos en Cataluña y en la zona de Jerez y en el siglo XV se lleva el vino a las Islas Canarias, al tiempo que los colonizadores españoles llevaban la vid al Nuevo Mundo.
Durante los S XII y XIII con la mejora de las técnicas de vinificación, los vinos de Borgoña, Burdeos y Champaña, en Francia, adquieren fama mundial, en el S XVII comienzan a utilizarse las botellas de vidrio para conservar el vino y en 1670 el monje Dom Pérignon descubre la técnica para elaborar el vino espumoso, en la región de Champagne, y utiliza el tapón de corcho para cerrar la botella herméticamente.
En el S XIX, en pleno auge del sector vinícola, surge uno de las peores situaciones a los que tendría que enfrentarse los productores de vino en Europa. La filoxera (phylloxera vastratix), un insecto del orden de los hemípteros, ataca las hojas y raíces de la vid, a punto de acabar con todas las cepas. En el año 1865 este animal minúsculo, que se alimenta de las raíces tiernas de la vid, llega desde Estados Unidos, propagándose con tal rapidez que genera una fatal epidemia. Prácticamente en toda Europa (Francia, Alemania, Suiza, España, Portugal e Italia) sufren tal devastación, y en consecuencia, sus cepas quedan diezmadas. Afortunadamente, las cepas que habían sido llevadas a América resistieron la enfermedad, lográndose recuperar las vides, replantándose de nuevo en Europa, y creándose variedades híbridas, que enriquecieron el panorama vitivinícola.
Cuando la filoxera se extendió por Francia, viticultores de Burdeos se instalaron en la zona de La Rioja para continuar sus negocios, permitiendo que los españoles aprendieran los métodos de elaboración franceses.
Durante los SXX y XXI la industria vinícola ha continuado su expansión, no solo manteniendo los métodos tradicionales, sino también incorporando y retomando otros materiales que se usaban en la antigüedad, (barro o cemento, etc.), así como también nuevas técnicas de envejecimiento en barricas; igualmente incorporaron nuevos sistemas automatizados tanto para el embotellado, como también para empaques y logística, en bodegas que aun manteniendo la tradición artesanal, incorporan tecnología de punta para algunos procesos.
No podemos dejar de mencionar el crecimiento sostenido que ha experimentado España en los últimos tiempos, y que se mantienen en plena expansión, como también el crecimiento de la industria vitivinícola en el Nuevo Mundo, con desarrollos y producciones muy importantes en Argentina, Chile, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.
Adela Romero B.
Sommelier ASV- ASI