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Destacan que visiones encontradas de Capriles y López se mantienen vigentes

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Destacan que visiones encontradas de Capriles y López se mantienen vigentes

El País, medio de comunicación de España precisa en uno de sus análisis de este fin de semana cómo la rivalidad «sin cuartel entre Leopoldo López y Henrique Capriles» mantiene su vigencia desde hace años. 

 


El análisis de Alonso Moleiro para la publicación española explica que «no hay fuente que sea capaz de afirmar que las interminables desavenencias de Capriles y López tengan un apartado personal. Ambos guardan silencio cuando tienen que verse las caras en las reuniones por Skype o Zoom».

 


Asegura Moleiro que «la ininterrumpida animadversión entre Capriles y López es harto conocida en el país: asumida como una realidad sin remedio entre los políticos de la oposición, y comidilla frecuente en los corrillos de la prensa venezolana durante los 20 años que ambos tienen en la vida pública».

 

 


Según estima en sus perspectivas que son «dos dirigentes políticos ambiciosos y carismáticos, pertenecientes a familias con fuerte identidad, de similar edad -Capriles tiene 48 años; López, uno más- y procedencia, con tendencia a liderar colectivos y hacer las cosas en sus términos».

 

 

En su propuesta de hechos contemporáneos Moleiro destaca que «en el año 2000, Capriles y López, junto a Julio Borges, fundaron Primero Justicia, el partido con el cual la sociedad democrática venezolana puso la primera piedra para enfrentar el reciente triunfo de Hugo Chávez, un año antes. Muy rápidamente, ambos dirigentes conquistaron electoralmente las alcaldías de Chacao (López) y Baruta (Capriles), dos importantes municipios de clase media y alta del este de Caracas, desde el que se convirtieron en referentes nacionales».

 

 

Considera que «el distanciamiento personal entre ambos, galvanizado después de ocho años como alcaldes en municipios contiguos, alcanzó un primer corto circuito sistémico en 2005. Siendo Primero Justicia una prometedora fuerza en ascenso, tomó cuerpo en la oposición la idea de no asistir a los comicios legislativos de aquel entonces –que tenían un margen de fiabilidad incomparablemente superior al actual–, bajo el supuesto de que no ofrecía todas las garantías para participar».

 

 

De cara a los comicios 

«La tesis abstencionista de 2005 encontraba en Leopoldo López uno de sus activistas y conspiraba en contra Julio Borges, el fundador y jefe de Primero Justicia, que entonces tenía aspiraciones presidenciales. Además de otorgarle al chavismo, automáticamente, el control total de la Asamblea Nacional, el debate produjo la división del partido y la marcha de López. La ruptura se concretó» asegura Moleiro.

 

 


«El careo Capriles-López conoció un lapso de relativa distensión hacia 2010, un año después de que el exalcalde de Chacao hubiese fundado Voluntad Popular, el partido que aún dirige. Aquella tregua no fue jamás cooperación o cercanía. López fue inhabilitado políticamente por un tribunal del chavismo y su popularidad conoció un repliegue. La certeza de entonces en torno a las posibilidades del camino electoral hicieron crecer a Capriles, que pudo ejercer exitosamente la importante gobernación del Estado Miranda y aumentar su capital político a pesar de sus frecuentes dificultades con Hugo Chávez», agrega sobre las circunstancias más recientes.

 

 

Hasta la fecha el líder de Voluntad Popular «se erigió en el impulsor de la protesta popular en el momento en que se profundizaba la crisis económica y social. Leopoldo López fue duramente recriminado por su papel protagónico en la organización de la multitudinaria ola nacional de protestas contra Maduro del año 2014. Los disturbios del movimiento de La Salida, con ración de muertos y heridos, enfurecieron a parte de la dirigencia opositora, Capriles el primero, por no haber sido nunca revelada y entorpecer el camino pacífico al poder. López terminó en la cárcel y la certeza sobre la posibilidad de un cambio por la vía electoral quedó más quebrantada. Sin embargo, La Salida produjo un desplazamiento del apoyo a Capriles en detrimento de López, ya en la prisión de Ramo Verde», indica Moleiro.

 

 

Más recientemente, considera Moleiro «el impulso de Guaidó orilló a Capriles, que durante más de un año guardó un perfil muy bajo y apoyó la figura del joven político. Mientras, en la sombra, ganaba fuerza López, que ha sido quien ha manejado principalmente los hilos de la estrategia opositora. Hay dos hechos, no obstante, que fueron mermando ese apoyo. La fallida insurrección del 30 de abril de 2019, que propició la liberación de Leopoldo López, refugiado desde ese día en la Embajada de España en Caracas y la fallida incursión paramilitar del pasado mayo, en la que se vieron sacudidos Guaidó y López. Capriles, que para entonces ya había sido crítico con la virtualidad en la que se convirtió el Gobierno interino de Guaidó –”gobierno de Internet”, lo calificó esta semana- fue maniobrando en la sombra hasta que, esta semana, decidió lanzarse finalmente a la ofensiva. Un paso que, nadie duda, es otro capítulo de la particular animadversión entre los dos liderazgos».

 

 

 

Fuente: El Universal

Por: María Laura Espinoza

En Twitter: @i_am_LauEz14

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