Los despelotes que comenzaron el pasado 18 de noviembre para comprar productos regulados en varias tiendas del centro de Puerto La Cruz no han cesado a la fecha. Otro caos se registró la mañana de ayer frente al local de la red Limpiatodo, ubicado en la calle Sucre y dejó cuatro personas detenidas y comercios cerrados ante rumores de intentos de saqueos.
Las largas filas para comprar tres paquetes de pañales desechables, cuatro kilos de harina de maíz y detergente en polvo, se iniciaron a las 3:00 am, cuando empezaron a llegar personas de varios puntos de la zona norte de Anzoátegui que coparon aceras de las calles, Honduras, Libertad, Bolívar y Maneiro.
Según quienes estaban en las colas y los empleados de los establecimientos aledaños a Limpiatodo, la situación irregular comenzó a las 9:30 am cuando los funcionarios de la Policía del Municipio Sotillo (Polisotillo) lanzaron perdigones al aire para tratar de contener a grupos que intentaban entrar al local sin hacer cola.
Menos de una hora duró la tensa calma que hubo en el lugar tras la intervención de los agentes. También llegó la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) para resguardar el expendio y controlar el acceso y salida de los compradores. Sólo podían entrar quienes tenía la cédula de identidad laminada.
“Desde las 6:00 am estoy aquí y a esta hora (10:00 am) aún no me han dado ticket con un número para entrar. Estoy lejos de la entrada y la cola sigue creciendo”, dijo Dollys Rivera, quien vive en el sector Las Garzas de Barcelona.
Rivera aseguró que no está madrugando y zanqueando productos por gusto sino porque no “tengo nada en mi casa. Aquí no se consigue nada… Hay mucho desorden en las colas porque la gente se desespera y cree que todo se va a acabar sin haber comprado”.
A las 10:20 am, la mayoría de los comercios de la calle Sucre, que están cerca de Limpiatodo, habían bajado las santamarías a la mitad y sólo dejaban entrar a pocos clientes, debido a que la gente comentaba que en otros puntos del centro, como la calle Bolívar, seguían la situación irregular y los rumores de saqueo.
Segundo despelote
Eran las 10:56 am cuando nuevamente se escucharon detonaciones de perdigones y de inmediato grupos de personas corrían hacia el Paseo Colón para tratar de resguardarse. Otros ciudadanos, como Carmen Rojas, se desplazaban por las calles Libertad y Bolívar desesperados y gritando: “Quieren saquear las tiendas. Qué desastre el que estamos viviendo”.
Tras este incidente, que dejó cuatro apresados, las tiendas terminaron de bajar las santamarías, pues en medio del bululú la gente decía que estaban despojando a los buhoneros de la mercancía que exhibían en sus tarantines.
Dos minutos después, los ciudadanos volvieron a correr hacia el paseo porteño, pero algunos grupos se pararon en la plaza Bolívar porque decían que les estaban quitando las bolsas a las personas que ya habían comprado sus productos. “No es justo que les arrebaten sus bolsas a quienes pasaron horas en la cola”, dijo una señora, que no quiso identificarse..
“No importa cómo me llame, soy una vieja que intentó comprar productos porque no tengo en mi casa, lo que sí importa es este desastre”, manifestó.
A las 11:30 am, la mayoría de los locales adyacentes a la plaza y a Limpiatodo, además de los ubicados en otras calles, estaban cerrados. A esa hora la GNB trasladaba en una camioneta blanca a los arrestados (una mujer y tres hombres) al Destacamento 521 en Puerto La Cruz.
Según una ciudadana, que declaraba en el puesto de la Guardia Nacional que funciona en la plaza Bolívar porteña, estas personas supuestamente les lanzaron objetos contundentes a los efectivos castrenses y a la gente de la cola, lo que dio origen al segundo despelote de la mañana.
Lilian Contreras, encargada de la tienda El Palacio del Blumer de la calle Sucre, señaló que cada vez que llega algún rubro escaso a Limpiatodo deben bajar las santamarías porque se generan muchas situaciones irregulares y por seguridad del personal.
2 mujeres
que hacían cola en la tienda Limpiatodo de la calle Sucre de Puerto La Cruz, fueron atendidas ayer a las 10: 20 am por funcionarios de Polisotillo tras sufrir desmayos. Las llevaron en carros del ente de seguridad a centros de salud cercanos. Ambas hacían la fila desde la madrugada para adquirir productos regulados.
1.000 bolívares
es el monto que supuestamente los revendedores habían fijado por tres paquetes de pañales desechables, cuatro kilos de harina de maíz y dos bolsas de detergente, dijo la barcelonesa Jenny Fornadely.
N. Guzmán
EL TIEMPO