El lanzamiento se produjo a las 15:12 horas GMT y, tras la separación del cohete, Euclid pondrá rumbo al punto conocido como Lagrange 2, a una distancia media de 1,5 millones de kilómetros de la Tierra -donde también se encuentran telescopios como Gaia y James Webb-.
Desde allí, observará durante seis años miles de millones de galaxias a una distancia de hasta 10.000 millones de años luz, en más de un tercio del cielo; el objetivo, crear el más grande y preciso catálogo en 3D del universo para tratar de avanzar en el conocimiento de la naturaleza de la materia y de la energía oscura.
Nunca se ha observado tan lejos como lo va a hacer esta misión, así que una posibilidad es que el modelo estándar cosmológico funcione, pero también podría ser que ecuaciones alternativas se ajusten mejor.
Euclid, con un coste de 1.400 millones de euros (unos 1.529 millones de dólares al cambio actual) y que cuenta con la participación de empresas y centros de investigación españoles, está diseñada por tanto para ofrecer nuevos datos del lado desconocido y oscuro del universo.
Con este mapa tridimensional del universo (siendo el tiempo la tercera dimensión) se recopilará información sobre las formas, posiciones y distancias de las galaxias y servirá para avanzar en el conocimiento de la materia y la energía oscura, en cómo ha cambiado la expansión del universo o en la comprensión de la gravedad.
La materia normal es la que integra los planetas, las galaxias o las estrellas y representa un 5 %; el resto está en forma de energía oscura (alrededor del 70 % del cosmos) y materia oscura (25 %), componentes distintos que la cosmología aún trata de explicar.