La policía del Distrito Federal de Brasilia desmontó este lunes el campamento que militantes bolsonaristas instalaron frente al cuartel general del Ejército tras las elecciones de octubre y desde el que fueron lanzados los ataques del domingo contra las sedes de los tres poderes en Brasil.
Agentes de la Policía Militarizada de Brasilia, reforzados por tropas del Ejército, bloquearon los accesos al campamento a primera hora de este lunes para impedir la llegada de más manifestantes y ordenaron el desalojo pacífico de los que permanecían en el lugar.
El cerco surtió rápidamente efectos y, sin la necesidad del uso de la fuerza por parte de las autoridades, los cientos de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro que estaban acampados frente al Ejército comenzaron a recoger sus pertenencias y a abandonar el lugar.
En solo media hora, en el campamento tan sólo quedaron las carpas y algunas infraestructuras abandonadas, así como un puñado de manifestantes que se apresuraban para recoger colchones y otros utensilios.
El desalojo pacífico se produjo luego de que el magistrado Alexandre de Moraes, uno de los once miembros de la Corte Suprema, ordenara el desmonte de todos los campamentos montados por bolsonaristas frente a cuarteles militares en todo el país y desde el que los seguidores del líder ultraderechista defendían un golpe de Estado en Brasil para impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva, que asumió la Presidencia hace ocho días.
El campamento de los radicales en Brasilia, montado hace más de 70 días, desde que el líder progresista se impuso en la segunda vuelta de las presidenciales, sirvió de base para los manifestantes que invadieron el domingo las sedes de los tres poderes de Brasil y fue el lugar al que regresaron tras su fracasado intento de forzar un golpe de Estado.
EFE