En esta obra, oculta un cuadro que pertenece al Período Azul del creador malagueño y fue descubierta gracias una tecnología avanzada que consiste en rayos X fluorescentes, que permite “de forma no invasiva” profundizar en cada capa de la pintura informaron los autores del estudio en el encuentro anual de la Asociación Americana para el Avance Científico, en Austin (Texas).
Un profesor de la Universidad de Northwestern (Illinois, Estados Unidos), Marc Walton, explicó que “la relación de amistad de ambos artistas y la similitud en el uso de las técnicas” permite pensar que el cuadro original pertenece a Torres-García.
Los primeros hallazgos en 1992, expertos advirtieron que existían colores que no concordaban con la pintura de Picasso, como ciertos trazos en la mano de la figura plasmada en el cuadro, que hacían pensar que se trataba de una lámina reutilizada.
“Está nueva tecnología nos ha permitido entrar en la mente del artista y comprender cómo era el proceso creativo del artista”, detalló el profesor universitario.
Walton explicó que Picasso usó el paisaje “como fuente de inspiración” para dibujar la forma femenina, tomando como referencia las colinas en el fondo que se convertirían en el contorno de la espalda.
La técnica de rayos X permitió conocer que Picasso empleaba varios metales más dúctiles como arcilla o yeso, para más tarde aplicar un recubrimiento de bronce. “La ciencia nos permite ver qué hay dentro de las esculturas, cómo fueron hechas y cuándo fueron hechas”, destacó Francesca Casadio.
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