Encontrar los materiales, es el principal reto que más de 100 vendedoras de empanadas en la población El Palito, en Puerto Cabello, enfrentan, cada fin de semana, para ofrecer un producto de calidad y acorde al precio que actualmente se ven obligadas a cobrar.
La oferta de empanadas y arepitas dulces, con un sabor propio de la zona, así como el regateo con los turistas por un precio accesible para su consumo, no han impedido que las ventas se redujeran significativamente.
Los problemas a enfrentar por este sector van desde las dificultades para adquirir un paquete de harina precocida hasta en 50 bolívares por kilo; al traslado de otros ingredientes como carne y el pollo para la elaboración de este típico alimento venezolano. El costo de las empandas oscila entre los 60 bolívares y los 160 bolívares, dependiendo de que su relleno sea queso, carne, pescado o camarones.
Cada fin de semana es más difícil la captación de clientes, pero los precios ya no dependen de nosotras sino del costo de los ingredientes para elaborar las empanadas y las arepitas dulces, aclaró Keila Leal una de las 100 trabajadoras que ocupan con su puesto un espacio en el corredor vial a la altura de El Palito, paso obligado de miles de turistas hacia las playas del litoral carabobeño y falconiano.
No vale el emprendimiento
Las buenas intenciones de estas expendedoras por crecer con sus negocios son truncadas por un escenario donde priva la escasez y las dificultades para la compra de los insumos necesarios para la venta de los diversos productos que ofrecen.
De nada sirve el esfuerzo de mejorar la presencia de los puestos si ni siquiera tenemos harina para elaborar las empanadas, manifestó Leal.
