Llega septiembre y con él la vuelta de las vacaciones. Se acabó el verano y es momento para regresar a la rutina, los niños regresan al colegio y los mayores a sus trabajos. No siempre es fácil retomar los hábitos tras un período de ocio y descanso como son las vacaciones de verano. Es por eso que se está convirtiendo en un problema común en las sociedades occidentales el llamado síndrome de depresión postvacacional.
“El síndrome de depresión postvacacional ha aumentado por una disonancia entre la satisfacción y la desconexión que se produce en el período vacacional, en contraste con la vuelta al trabajo”, señala Carlos Limones, director del centro psicológico El Taller Emocional. Según Lidia Quindós, psicóloga del centro Psicología LQO, se produce cuando nos resistimos a un período de adaptación en un momento de cambio y se sufre desadaptación.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión postvacacional?
Limones explica que en los días previos a la reincorporación puede haber sintomatología de ansiedad como tensión muscular, aumento de la frecuencia cardíaca o sudoración. Ambos psicólogos detallan cuáles son los síntomas más comunes en las personas que padecen este síndrome son:
Cansancio general.
Tristeza.
Apatía.
Conductas de evitación: eluden hablar del trabajo, realizar tareas cuando se reincorporan y mantienen una actitud pasiva.
Irritabilidad.
Desmotivación.
Sensación de descontrol horario.
Negatividad.
¿Quiénes lo sufren más?
“Aumenta la probabilidad de padecerlo en personas insatisfechas con su ámbito laboral, por otro lado, la vuelta al trabajo es un cambio y hay gente más propensa a que se disparen síntomas de bajo estado de ánimo o ansiedad ante los cambios”, señala Limones. Quindós específica que las personas con mayor necesidad de control y orden, así como aquellas personas que viven pensando constantemente en el pasado son más proclives a sufrirlo. “Aunque, como proceso natural de adaptación, es algo que podemos sufrir todos en mayor o menor medida”, aclara.
Consejos para combatir la depresión postvacacional
En términos generales, Limones aconseja preguntarse si el trabajo en el que se está es satisfactorio o no, pues si la vuelta cuesta mucho es porque hay un rechazo y un nivel alto de insatisfacción. “De manera global, cuando hay una crisis es un buen momento para preguntarse si lo que estamos haciendo es provechoso y en la medida que sea posible buscar alternativas”, añade. Quindós establece que las mejores recomendaciones para ayudar a adaptarse a la rutina laboral es llevar una alimentación equilibrada y realizar deporte de forma moderada. Aparte de estos consejos generales, ambos establecen una serie de medidas concretas que pueden ayudar a superar la vuelta de las vacaciones:
Vivir el día a día: vivir pensando en el pasado causa tristeza y hacerlo pensando en el futuro ansiedad.
Volver unos días antes de la reincorporación al trabajo.
Realizar actividades satisfactorias y gratificantes y tenerlas programadas a priori: una expectativa positiva de algo satisfactorio amortigua algo que nos insatisface.
Retomar progresivamente el horario habitual.
Priorizar las tareas que tenemos que llevar a cabo, teniendo en cuenta que a veces no se pueden lograr todas cuando estaba previsto.
Ser flexible con uno mismo permitiéndose descansar si se está cansado.
Premiarse según se vayan consiguiendo los objetivos planteados.
Por último, Limones recalca que el síndrome de depresión postvacacional no es un trastorno sino que se trata de un síntoma. “Se da dentro de la población en general, pero dura un día o dos. Sin embargo, en gente que tiene una patología previa, como puede ser ansiedad o depresión, es un síntoma más dentro de esa patología que está desarrollando”, apunta.
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Por Confirmado: Gabriella Garcés