Cuando hay dependencia emocional surge una gran frustración al no lograr estar bien nunca con el otro.
Necesidad constante de afecto, temor a vivir sin pareja y un yo sepultado bajo la sombra alargada de otra persona, casi siempre la pareja, son algunas de las características de las personas dependientes emocionales, sujetos para los que vivir sin pareja no es nada sencillo y suelen tener problemas para mantener relaciones positivas y duraderas, por lo que repiten constantemente el mismo patrón en su historial amoroso.
“La dependencia emocional es un problema en la personalidad que produce que el sujeto que la padece priorice el mundo de la pareja sobre cualquier otro, hasta el punto de anularse en exceso por las relaciones de pareja o vivirlas con una intensidad emocional normalmente negativa y desbordante”, explica Jorge Castelló Blasco, psicólogo de Valencia especializado en dependencia emocional y trastornos de la personalidad.
Esta adicción a otra persona que es tóxica para nosotros puede producirse con cualquier persona (madre, hermano, amigo) pero cuando más se detecta es en el compañero sentimental. “Sentimos la incapacidad de renunciar a él/ella a pesar de ver claramente (en determinados momentos) que no es la persona con la que deseamos estar, que no nos gusta cómo es y que necesitamos que cambie para poder estar bien a su lado”, hace hincapié Silvia Congost, psicóloga especialista en autoestima y dependencia emocional.
El perfil de las personas con dependencia afectiva se caracteriza por tener baja autoestima aunque desde fuera resulten en muchas ocasiones auto suficientes o incluso triunfadores, presentan un bajo auto concepto de sí mismo y una mala auto imagen. Motivos que llevan a sentir ansiedad, mucho miedo a la soledad y a aterrarse ante la idea de quedarse sin pareja.
La pareja desempeña un papel muy importante, tal y como destaca Castelló: es el encargado de reforzar e intensificar la baja autoestima del dependiente. Estos individuos son narcisistas, engreídos, piensan que están por encima de los demás y pueden incluso tener un perfil problemático (tienen adicciones, están metidos en conflictos permanentes o no aguantan en los trabajo). “El déficit de autoestima del dependiente justifica esta elección tan perniciosa de la pareja: de alguna manera, se piensa inconscientemente que alguien narcisista es el que puede otorgar valía con su aceptación”, añade Castelló. “Cuando se trata de alguien con problemas intenta salvarle igual que al propio dependiente le gustaría que le salvaran emocionalmente y le protegieran, siempre de un modo afectivo”.
¿Por qué una persona se vuelve dependiente emocional?
Las razones que llevan a que surja un apego emocional excesivo son variadas, aunque la mayoría se forman en la infancia. Congost señala las causas más frecuentes:
Tenemos el ejemplo en casa: las personas que lo padecen han visto esa codependencia emocional desde pequeños, en una madre o un padre claramente dependiente del otro. “Ven que se han tolerado cosas intolerables o han cedido en aspectos en los que deberían haber puesto claros límites”, matiza la psicóloga.
Otro motivo es que el dependiente tiene baja autoestima y ha crecido con el miedo a no gustarle a nadie y no poder cumplir el sueño de crear una familia.
Las relaciones tóxicas son otra de las causas por las que aparece la dependencia emocional. “Son manipuladores, de esas personas que nos dan una de cal y una de arena. Son afectuosos y luego nos retiran el cariño, nos dan reconocimiento pero luego nos desaprueban, etc.”, indica.
Por último, la especialista especifica que también influye que durante la infancia se haya vivido un abandono por parte del padre o la madre, debido normalmente a un divorcio, pero principalmente en esos casos en los que se desentienden de los hijos y no los ven tan a menudo como deberían.
Todo esto lleva a que los dependientes emocionales desarrollen síntomas de ansiedad y depresión y a que el resto de las facetas de su vida se vean afectadas. “Quedar atrapados en una relación de dependencia emocional nos obsesiona y hace que nos auto engañemos mucho (para así convencernos de que esa relación tiene algún sentido), nos desgasta físicamente haciendo que perdamos la energía y las ganas de todo aquello que antes nos apasionaba”, explica Congost.
Cómo superar la dependencia emocional
Esta adicción es difícil de superar, no obstante, los expertos indican que es posible. El primer paso para conseguirlo es prestar atención a las señales de alerta que especifica Castelló: la existencia de un historial de relaciones de pareja insatisfactorias en las que se ha sufrido mucho o hay una elección de parejas en las que se ha descartado a personas normales y se ha optado por otras en las que todo indicaba que iban a existir problemas.
Otros indicadores que pueden ser útiles son darnos cuenta de que siempre estamos con los mismos problemas, repitiendo las mismas quejas a la misma gente, cuando nuestros amigos o familiares ya no qué decirnos o cuando ya ni siquiera nos atrevemos a explicarles otra vez la misma historia.
“Sin duda se puede curar y muy rápido, mucho más de lo que imaginamos. Las herramientas que mejor funcionan son las cognitivas, ya que hay que reeducar al paciente respecto al amor, que tome conciencia de la realidad de lo que está viviendo y aprenda nuevas estrategias que le permitan desengancharse para siempre de esa persona y evitar volver a quedar atrapado en una nueva relación de ese tipo”, aconseja Congost, quien añade que siempre hay que acudir a un experto ya que si no hacemos el proceso de salida bien hecho, lo más probable es que volvamos a repetir el mismo tipo de relación con la siguiente persona.
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Por Confirmado: Oriana Campos